En la sociedad actual, marcada por los discursos económicos y científicos, la filosofía y la ciencia son como el aceite y el agua. Sin embargo, esto no ha sido siempre así.

Albert Einstein, Erwin Schrödinger y Werner Heisenberg, tres de los más grandes científicos del siglo XX sin cuyas aportaciones no existiría la física moderna, también escribieron cada uno de ellos tratados de filosofía.

Y mucho antes, en los gigantes a cuyos hombros se han subido los sabios para «ver más lejos», como Galileo Galilei, Isaac Newton o René Descartes, era difícil saber dónde comenzaba el científico y terminaba el filósofo.

El muro de prejuicios levantado por aquellos que consideran a esta última disciplina un saber eminentemente humanístico ha hecho que hoy esté más viva que nunca la «irreal frontera» entre ciencia y filosofía.

Ciclo de debates

Una artificiosa separación que hoy abordará a las 19 horas el ciclo de debates Claustre Obert la sede histórica de la cinco veces centenaria institución académica.

En la mesa redonda intervendrán: Jesús Conill, catedrático de Filosofía Moral y Política de la UV; Víctor Navarro, catedrático jubilado de Historia de la Ciencia de la UV y Ana Noguera, doctora en Filosofía e integrante del Consell Valencià de Cultura (CVC). El vicerrector de Cultura e Igualdad, Antonio Ariño, moderará un debate de entrada libre hasta completar el aforo.

El título de este acto rememora uno de los más célebres ensayos de Theodor W. Adorno, sobre la actualidad de la Filosofía. En una sociedad atravesada por los discursos sobre la eficiencia, el rigor, la investigación y el pragmatismo, este debate se centrará sobre la actualidad de la filosofía con respecto a su relación con la ciencia, entendida esta en un sentido amplio -ciencias sociales, naturales, formales- como paradigma del conocimiento e incluso en ocasiones, como guía de la organización social y política.

Base de todas las disciplinas

«Que los alumnos de ciencias no estudien filosofía es como si les quitaran las matemáticas», denuncia el portavoz de l'Assemblea de Professors de Filosofia, Ángel Vallejo. «Todas las disciplinas tienen una base filosófica -continúa-, y la relación mutua entre ciencia y filosofía es muy grande, de hecho en EE UU hay filósofos trabajando para grandes empresas como Google».

Vallejo destaca que el muro entre filosofía y ciencia «está más arraigado en España que en EE UU, Reino Unido y Alemania». Una división que atribuye a causas históricas como «la tradición de la contrarreforma católica, donde el único referente era santo Tomás, o a los 40 años de dictadura franquista, durante los que el nacionalcatolicismo convirtió a la filosofía en una esclava de la teología».

«Esclava de la teología»

«Cada vez es más habitual en ámbitos educativos dar por bueno el prejuicio de que la filosofía es un saber básicamente humanístico, cuando no una asignatura "de letras" que se recrea en el estudio de arcaicas fantasmagorías», insiste Vallejo en relación a la metafísica.

De acuerdo con los organizadores del debate, este criterio parte de «una mala comprensión de lo que sea la disciplina, atribuyéndole un carácter acientífico ingenuo, como si la filosofía fuera un simple juego del espíritu ocioso, un ejercicio para diletantes». Por contra, Adorno, que también escribió de sociología, psicología y musicología, reclama a la filosofía un acercamiento a las ciencias.