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Entrevista

Isabel Bonig: "La corrupción me ha hecho más daño en lo personal que en lo político"

«Sí a descentralización, pero el Estado debe reservar mecanismos de control hacia las autonomías si no son leales»

Entrevista a Isabel Bonig

Entrevista a Isabel Bonig

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Entrevista a Isabel Bonig Julia Ruiz

¿En qué momento se encuentra usted y su partido?

Me siento con muchas ganas e ilusión. Vamos a ganar las elecciones y vamos a gobernar. Tenemos muchas posibilidades a poco que hagamos bien las cosas. Hay partido y no era fácil.

El viento sopla a favor de Ciudadanos. ¿Ellos están crecidos y ustedes asustados?

Hay que reconocer el buen resultado de Ciudadanos en Cataluña y tenerlos en cuenta, pero sin obsesionarse demasiado. La situación del PP en Cataluña no es la de la Comunitat ni Cs de Cataluña es el Cs de aquí. Lo importante es que no nos pase lo que quizás nos ha pasado en otras zonas. No hay que perder nuestras banderas porque cuando uno no ocupa su espacio, se lo arrebatan.

¿La estrategia correcta es pasar al ataque?

La correcta es que el PP no renuncie a sus principios y valores. Plantar batalla en todos los campos y llevar a cabo un proyecto reformista. Y eso hoy solo lo puede hacer el PP porque tiene historia, estructura y cuadros. Cs es una ayuda, hay que contar con ella, pero hay que poner de manifiesto sus contradicciones.

¿Llegado el momento se podrán entender con ellos?

He ofrecido apoyo al presidente Puig y no tendría ningún inconveniente en hablar con Ciudadanos. Es Cs quien tiene que decidirse por una opción u otra, a veces no parecen tenerlo claro.

En la conferencia que dio en València en presencia de la vicepresidenta del Gobierno habló mucho de patriotismo. ¿Qué es ser patriota para usted?

No es un concepto de Franco ni de los constituyentes del 78. El patriotismo es el trabajo de generaciones de españoles en favor de una España mejor, un proyecto común y plural en el que caben todas las formas de sentirse español. Es sentir orgullo de una España que fue capaz de dejar atrás las guerras fratricidas, de aprobar la Constitución, de conseguir un crecimiento económico, derechos y libertades.

¿Y no ve patriotismo en el Botànic?

Para nada. Están más pendientes de la diferenciación y de la queja permanente que de resaltar lo que nos une. Noto desvertebración del territorio y ganas de enfrentar a los valencianos.

¿Se siente más española que valenciana?

Me siento, como el 67 % de los valencianos, tan valenciana como española. Hay una frase de Luis Lucia, padre de la derecha regionalista, que me gusta repetir: 'si hay una región que por su riqueza podría creerse que se basta esa es la Comunitat, pero nunca en tierras valencianas ha tenido cabida las tesis nacionalistas».

¿Para preservar la unidad de España apoyaría un proceso recentralizador de competencias?

Creo en el Estado de las Autonomías, pero el Estado debería tener algún control en algunas materias en el caso de que las comunidades no cumplan. Desgraciadamente no hay lealtad en muchas comunidades y partidos. Lo vemos en el adoctrinamiento de las aulas y en el incumplimiento de los objetivos de déficit. Sí a la descentralización, al Estado de las Autonomías y sí también a que el Estado se reserve mecanismos de control si una comunidad no es leal, como Cataluña.

¿También en el caso de la Comunitat?

Totalmente. Si se producen casos flagrantes de adoctrinamiento, de incumplimiento de nuestro Estatuto, del déficit y el señor Puig no hace nada, entendemos que el Gobierno, la inspección, debe actuar.

Y por incumplir el déficit. ¿Cabe la intervención?

Exactamente lo mismo. Hay unas reglas que cumplir. Estamos de acuerdo en que hay que reclamar lo que es justo, una mejor financiación, pero no pueden quejarse de no poder atender las listas de espera en Sanidad, los barracones o la dependencia y gastarse el dinero en chiringuitos, contratar asesores y abrir una tele. Para enmascarar su mala gestión no pueden echar la culpa a un enemigo, a Madrid, que es quien da el dinero.

¿Nos va bien con esta Constitución?

Nos ha ido muy bien con esta Constitución y creo que nos seguirá yendo muy bien. El problema de la reforma es que dado el contexto de fragmentación política antes de abrir el debate hay que tener muy claro qué se quiere reformar. ¿A qué se refiere Puig cuando habla de un Estado federal? Cuando se habla de dar cabida a la singularidad de los pueblos, ¿se refiere a algún derecho de autodeterminación? Me parece muy peligroso. Es como lo de Zapatero y el estatuto catalán, que abrió la caja de Pandora.

¿Ve realmente peligro en el proyecto de Puig?

Es claramente nacionalista. Estoy absolutamente convencida de que ve el proceso catalán con admiración y cierta envidia. Siempre han defendido la unidad de la lengua, la territorial. Siempre han mirado a Cataluña aunque son conscientes de que en esta tierra no se puede hablar de estos temas porque hay un profundo sentimiento valenciano y español.

El último barómetro del Consell constata que la corrupción ya no preocupa tanto como antes. ¿Siente alivio?

La corrupción nos mata a todos porque supone un descrédito de la clase política y de las instituciones. No solo el PP ha tenido corrupción, pero no, no es consuelo. Me preocupa que, a pesar de que los casos están en los tribunales, haya partidos que hagan de la corrupción su único proyecto político. La gente es más inteligente y ve que se han tomado medidas y que el Estado de Derecho funciona. Ya se ha castigado al PP y la gente le está diciendo al Botànic que es gobierno, no oposición, y que debe aplicar su proyecto político, pero no lo hay. El Botànic está paralizado y solo tiene la corrupción del PP y eso ha calado.

En el congreso regional en el que fue elegida presidenta dijo que sería la última vez que pediría perdón por la corrupción. ¿Se reafirma?

Hemos pedido perdón en multitud de actos y lo seguiremos haciendo, cosa que otros partidos no han hecho. Pediremos perdón por la corrupción acreditada y juzgada y por los malos comportamientos de algunos, pero no por ser del PP porque el PP es un gran partido con mucha gente honrada. Me gustaría que esta humildad también la tuvieran otros.

¿Qué le provocó la confesión de Ricardo Costa en el juicio por la financiación irregular?

Obviamente, no nos gustó escuchar eso de una persona que ha ocupado un cargo tan importante. No fue plato de gusto para nadie. Pero eso se produjo dentro de una estrategia procesal en un juzgado. Pedimos respeto a la Justicia hasta que haya sentencia y luego ya diremos. Son cosas del pasado, de hace diez años, de gente que ya no ocupa cargos ni en la Administración ni en el partido. Se nos pide algo más, pero ¿qué quieren que hagamos? Estamos en un estado de Derecho y serán los tribunales quienes determinen. Ya tomamos medidas. Costa está suspendido, otros se dieron de baja.

Pero ustedes son hijos de ese pasado. ¿No se sienten herederos?

Entré en política en 2007 y, obviamente, el presidente era Paco Camps y Ricardo Costa el secretario general, pero es que el presidente Puig también estaba en el PSOE cuando a la cúpula de Interior la metieron en la cárcel por crímenes de Estado. ¿Es responsable? Esto es intentar extender la mancha a todos. Ahora hay casos de corrupción en el PSOE, hay sentados en el banquillo dos presidentes de Comunidad. Y Puig y el señor Mata ya estaban allí ¿Son también herederos? Pues no. Formas parte del partido y hay que asumirlo para lo bueno y para lo malo.

Es obvio que la corrupción ha hecho daño a la marca, ¿ le ha hecho daño a usted en lo personal o en lo político?

Más en lo personal que en lo político.

Usted habla del viejo y del nuevo PP y a mucha gente de su partido no le gusta...

Pero es que es verdad. Hay una generación que gobernó y ya no está: unos se fueron voluntariamente, otros por edad, otros por los casos de corrupción. Ahora hay una nueva generación, estamos forjando nuevos liderazgos.

¿Cómo valora la era Camps?

Hay cosas que se hicieron bien y otras que no salieron tan bien.

¿Camps debe dejar su cargo en el Consell Jurídic Consultiu?

Es una decisión personal y es él quien debería decidir si le conviene seguir siendo el foco o abandonar y pasar a un segundo plano.

¿Le haría un favor al PPCV si se fuera?

No se trata de eso. Camps no ocupa ningún cargo, es un militante más. Nosotros le dijimos al Consell que reformara el Estatuto de expresidentes y la ley de creación del Consell Jurídic. Nadie los secundó. Me da la sensación de que esto no es más que un circo para tapar la falta de gestión. Camps está políticamente muerto. Que esperen a que haya una sentencia. Parece que hay unas ganas locas de acabar con todo.

¿El PPCV está ya limpio de polvo y paja?

Lo que le puedo asegurar es que hemos puesto mucho empeño en que las cosas se hagan bien y se cumpla la ley. Espero que otros también lo hayan hecho y aprendamos de errores cometidos.

¿Se arrepiente de haber apoyado la reprobación a Barberá?

No fue una reprobación sino la petición del acta. Una decisión que se tomó en un momento muy difícil, con mucha presión y unas elecciones. La asumimos, que la gente valore si fue positiva o negativa.

Afirma que el PPCV parte de cero y que se siente libre. ¿Hasta qué punto uno en política puede estar libre de servidumbres?

Es más fácil hacerlo cuando estás en la oposición que cuando gobiernas. El PP afrontó una travesía complicada, nadie daba un duro por nosotros después de todo el desgaste, pero hoy es libre porque ha renovado su ideario y defiende sin complejos lo que cree. No somos la izquierda, pero hacemos una oposición aguerrida, no nos achantamos y eso sorprende al Consell. A veces se nos ha etiquetado con diferentes grupos y creo que había que soltar lastre.

¿Qué le ha pasado con los empresarios?

No con los empresarios, con las organizaciones empresariales. Si hay un partido o una presidenta que defienda la libertad económica y la iniciativa privada, soy yo. Las organizaciones empresariales adoptaron unas posturas y pensamos que no eran acertadas, pero hemos aclarado las cosas y saben que pueden contar con la actitud leal del PP, pero desde la independencia. Hubo un momento de demasiada conexión, la misma que veo ahora con el gobierno del PSOE y Compromís, y eso no es bueno. Hay que aprender de los errores. Necesitamos organizaciones empresariales y sociales fuertes, pero política y económicamente independientes para mantener los contrapesos.

¿Tiene sensación de que los empresarios se han salido de rositas en el caso Gürtel?

El otro día Salvador Navarro dijo, y le honra, que eran tan culpables los que pagaban como los que recibían. Sirva este proceso para sacar algo positivo. Hay que mantener esos contrapoderes y colaborar pero sin perder la independencia, aunque no veo a Puig por esa labor, le veo cometiendo los mismos errores que cometió el PP.

Puig la compara a usted con Trump...

Es evidente que entre Trump y yo no hay mucha sintonía. Eso entra dentro de la batalla política que hay que aceptar con deportividad. Tenemos ya escamas en la piel.

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