Poco después de las 19.00 horas Ana Barceló entraba en el Palau de la Generalitat para convertirse en la nueva consellera de Sanidad. El jefe del Consell, Ximo Puig, le comunicaba que es la elegida para relevar a la ya ministra Carmen Montón en el año escaso que queda de legislatura. La hasta ahora síndica adjunta del grupo socialista en las Corts tomará posesión esta mañana de su nueva responsabilidad.

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La elección de la diputada por Alicante supone un cambio de perfil. De una licenciada en Medicina se pasa a una jurista que en los últimos ha coordinado los casos de corrupción del PP en los que el PSPV está personado. El viraje supone una voluntad de incidir más en cuestiones de gestión que de filosofía sanitaria, que ya viene impulsada por las principales decisiones adoptadas en los tres primeros años de Govern del Botànic.

Avanzar en las infraestructuras pendientes, así como cerrar los flecos legales de la reversión al sistema público del hospital de la Ribera y activar los mecanismos para hacer lo mismo con el de Dénia, son los trabajos importantes que Barceló se encontrará hoy encima de la mesa. No obstante, Puig ya le subrayó ayer la urgencia de combatir con eficacia las listas de espera, según pudo saber Levante-EMV. Esta será su principal prioridad hasta mayo de 2019.

¿Qué pasará después? Si el PSPV mantiene el poder (con una reedición del Botànic, a la vista de todas las encuestas), Barceló tiene muchas posibilidades de mantenerse en el Consell, si bien no necesariamente en Sanidad. Será en función de la experiencia de los próximos meses.

Puig, que se planteó un perfil académico ante la baja de Montón (como publicó este diario, una posibilidad firme fue el exrector de la Universitat de València Esteban Morcillo), optó finalmente por lo seguro: una persona de su máxima confianza, de carácter dialogante (rasgo importante después de las guerras libradas por Montón), demostrada capacidad de trabajo sin exhibicionismo y «contundencia ética», subrayaron ayer fuentes de Presidencia.

Todo ello sin perder de vista que la elección solo podía ser de una mujer para no romper la «estricta» paridad del Consell. La vicepresidenta,Mónica Oltra (Compromís), se lo había recordado a Puig por la mañana. Por si acaso. También insistió en que la remodelación tenía que limitarse a la única vacante, sin esperar a otras posibles bajas de altos cargos del Consell con destino a Madrid, como sopesaba el president. Y así fue. Como Oltra dijo.

Barceló no dejará su escaño como diputada, en principio, aunque sí sus responsabilidades en el grupo parlamentario.

Su designación también tiene una lectura en clave preelectoral. Representa un gesto del PSPV hacia Alicante. Hasta ahora los dos consellers alicantinos eran de Compromís. Los socialistas cubren así el flanco del sur (esencial en los resultados de 2015) a un año de las elecciones autonómicas.