Joan Lerma habla de Pedro Sánchez con la libertad de quien no conspiró (al menos, públicamente) contra él. Uno de los pocos. Aunque uno advierte que disfruta de verdad cuando habla de alta política, como la ola populista que recorre Europa. «Es consecuencia de la ingeniería social que han producido las políticas de austeridad», dice. En su primer gobierno en la Generalitat, en 1982, no había mujeres en los puestos principales. Hoy son mayoría en el de Pedro Sánchez. Solo 35 años y «la sociedad ha cambiado rotundamente». Por fortuna, apostilla.
¿Pensaba el jueves de la semana pasada que la moción iba a prosperar?
Se daban todas las circunstancias, pero dudaba. En todo caso, se vivía un ambiente bastante irrespirable por la inacción del PP. Eso hacía todo más favorable. Era una moción creíble. El PP se la tomó así, porque se vieron los nervios desde el primer momento.
¿Le preocupan las deudas con los independentistas?
No, porque todo el mundo sabe que no vamos a negociar con nadie. La moción era una cuestión de dignidad a cambio de nada, si por nada consideramos también una posición mucho más abierta al diálogo.
Hay voces en la izquierda que no comparten la prisión preventiva de dirigentes del «procés».
Depende del poder judicial. Es cierto que la prisión preventiva una vez que han desaparecido las circunstancias para seguir cometiendo ilegalidades será algo que los jueces deberán considerar.
Usted estuvo trece años al frente de la Generalitat, ¿algún consejo a Pedro Sánchez?
Libertad e igualdad son dos cosas básicas que este Gobierno ya ha demostrado. No hace falta que se lo aconseje yo. Él lo ha visto claro. La situación ha cambiado solo con el nuevo gobierno y ahora se respira un aire de libertad que no existía hace pocos días.
¿Qué conclusión saca de la progresión de Ábalos?
Una carrera de largo plazo de una persona constante que ha estado siempre al lado de lo que ha considerado una renovación del partido. No se trata de una irrupción momentánea. Tiene un reto complicado delante ahora, con muchas demandas pendientes.
¿Le produce satisfacción ser uno de los pocos dirigentes que se desmarcó de la operación de derribo de Sánchez?
Es una etapa superada. Me pareció muy evidente entonces que desestabilizar la dirección del partido no era adecuado. Cualquiera que vea con perspectiva la situación y lo que está haciendo ahora Sánchez lo habrá puesto en valor. Ratifica a quienes pensaron que merecía una segunda oportunidad.
¿Con 84 diputados se puede gobernar?
Lo vamos a ver. Si Sánchez lo hace bien y logra consenso social, el Parlamento tiene más complicado ponerle dificultades. Y hasta el momento lo ha hecho bien. Eso frenará algunas iniciativas, como las del PP, que quiere modificar su presupuesto. Por cierto, alguno de nuestros socios va en ese camino también. Como si se fueran a aprobar.
Sí, pero la imagen es que el PSPV no respalda ahora las reivindicaciones valencianas.
Eso es absurdo. En el Senado solo se aprueba lo que quiere el PP, que ya había dejado claro que no iba a atender ninguna reivindicación. Mantenerlas ahora es solo por difenciarse del PSPV.
¿Pedro Sánchez deberá refrendar más pronto que tarde su poder en las urnas?
Sin duda. Vamos a ver lo que cuesta intentar resolver problemas pendientes graves. Creo que no podemos volver a las urnas con el tema catalán abierto, ni manteniendo la cerrazón sobre la libertad de los ciudadanos ni pensando que la recuperación económica no va con ellos. Todo eso se ha de revertir.
¿Ve al PP repitiendo la experiencia de UCD hacia la nada?
Se llame como se llame, la derecha ha de tener su organización. Este golpe les hacía falta para regenerar su situación. Creo que están reorientándose en buena dirección.
A un año de elecciones, ¿hay que prepararse para un nuevo Botànic?
El panorama ha cambiado y has de estar abierto a pactos con los más cercanos programáticamente. Ahora ha sido Compromís. Ese es el valor del PSPV, que se puede entender con todos los demás.
¿Sin cerrar las puertas a Ciudadanos, entonces?
No hay que cerrar la puerta a nadie, aunque el comportamiento actual de Cs no avala que se pueda contar con ellos.
«Manda Ximo Puig sin que Mónica Oltra se entere». Lo decía Mª Consuelo Reyna en una entrevista (esdiario). ¿Acierta?
Creo que Puig tiene no solo el respaldo parlamentario del PSPV, Compromís y Podemos, sino que gobierna con mayor consenso social de lo que harían quizá otras opciones que nos apoyan ahora.
