Está en el traslado de despacho, aunque el único objeto que se lleva consigo este obsesionado del orden es una taza (de los Minions) regalo de su sobrina. Lleva 15 años en la alcaldía de Faura, se ha forjado en batallas orgánicas en el PSPV y ahora le llega el principal cargo institucional: el pasado martes asumió la presidencia de la Diputación de València forzado por la dimisión de su «amigo» Jorge Rodríguez como consecuencia de su detención e investigación judicial.
¿Qué le ha dicho Rodríguez, si ha hablado con él?
Somos amigos. Claro que hemos hablado. Me dio ánimos el día de la toma de posesión.
¿Qué ha aprendido de lo sucedido?
Muchas cosas. Que la política son arenas movedizas, por la velocidad y la falta de reflexión. Esto es un deporte de riesgo. Me quedo con la parte personal. Lo viví al lado de Jorge y es terrible que seas culpable antes de que un juez te haya dicho nada. La presunción de inocencia no existe ya.
¿Decían lo mismo cuando estaban en la oposición?
Nunca he hecho afirmaciones contra la presunción de inocencia. Es un derecho que ha costado mucho y que se ha perdido totalmente para los políticos. Eso significa también respeto total a la justicia. Mientras ella actúa, los demás callamos. Supongo que se perdió cuando quisimos ser superhombres y nos quedamos en personajes de opereta. Aquí están los resultados.
¿Los políticos ya han aprendido a dimitir al menos?
El anterior presidente tomó la decisión de apartarse para que la institución funcionara sin interferencias nuestras. Es un gesto que le honra y al que no estamos acostumbrados.
Rodríguez ha continuado como alcalde de Ontinyent. ¿Usted se hubiera apartado de estar en la situación de él?
Le compete a él. El presidente de la diputación habla de la diputación. Lo otro le compete al alcalde de Ontinyent.
Habló en su discurso de toma de posesión de que no hay instituciones intocables.
Ninguna.
Está bien como reflexión general, pero ¿cree que sería bueno que las diputaciones, en concreto, desaparezcan?
Las diputaciones han hecho su papel, pero vienen del siglo XIX y estamos en el XXI y creo que muchas cosas que hacen se pueden hacer manera más óptima a través de otros organismos. Principalmente, los ayuntamientos, que son ya mayores de edad y pueden hacerlas sin intermediarios.
Rodríguez empezó así y luego fue diluyendo ese discurso. A ver si dentro de un año usted opina lo mismo...
Yo he tenido este planteamiento desde el minuto uno. Y cuando estaba en la oposición también lo pensaba. Soy cabezón y consecuente, me extrañaría que me vieran defendiendo una cosa que no creo. No por manía, sino porque estamos en el siglo XXI.
¿Y cree en las comarcas o le parecen otro invento?
Estamos acostumbrados a funcionar por comarcas sin que existan administrativamente, pero eso no significa que haya de haber una institución. Si quitar la diputación ha de ser para que vengan minidiputaciones, que no cuenten conmigo. Lo que quiero es optimizar y minimizar. Si creamos 18 minidiputaciomes es que no hemos entendido nada. El trellat está para saber distinguir cosas.
¿Y mancomunar?
Hay mancomunidades que funcionan y otras que no, alguna que es solo para el agua y otras que engloban más cosas. Queremos poner normas para todo y no es posible. Eso y tener prisa es el error. Algo más de calma nos iría bien a todos.
¿La diputación es el cajero automático de la Generalitat y está bien que lo sea?
Es una afirmación manida de la oposición. Tiene un presupuesto de 490 millones de los que más de cien son del Hospital General. La Generalitat tiene 20.000 millones. ¿Un joven sin trabajo puede ser el cajero automático de sus padres? Pues lo mismo.
Han colaborado con 40 millones en el Fondo de Cooperación Local y han financiado otros proyectos del Consell.
Colaborar es algo muy bueno, porque el dinero no tiene color político ni es de las instituciones.
¿No es enrevesado que para un mismo proyecto llegue dinero de tres instituciones?
Sí. De todos modos la colaboración es casi simbólica. En el plan de colegios hemos puesto 7 millones.
¿Quién va a asumir las competencias de Hacienda?
Vamos a ser prácticos. A un año de final de legislatura, todos los diputados se van a quedar con sus competencias y las que tenía yo las cogerá la diputada nueva (Rebeca Torró).
¿La diputación es un espacio de clientelismo?
Lo era en sus orígenes, como todas las instituciones. En las anteriores etapas el presidente decía si te daba o no un convenio singular. Este gobierno decidió que eso se acababa. Este año ha habido poco más de un millón para ellos, porque siempre hay que tener un margen de maniobra por si cae un puente. Yo no voy a firmar ningún convenio singular, porque no creo en ellos y ya hemos desarrollado líneas de ayuda regladas.
¿Su voluntad es quedarse en la presidencia después de 2019, si los números dan?
Ya estamos con las prisas del futuro. Si acabo de aterrizar...
Pero no queda tanto para las elecciones.
Sí, pero hace dos meses no había moción de censura y Rajoy era el presidente. Hay faena pendiente, hay que acabar la hoja de ruta y hay patatas calientes como Divalterra. Habrá que intentar solucionarlo y ya no hay prórroga. No sé lo que pasará en unos meses conmigo, pero soy hiperrrespetuoso con quien toma las decisiones.
¿Le debe el puesto de presidente a Puig?
La propuesta la hace él, igual que hace las de consellers. No es cuestión de deber nada. El partido es un equipo.
Perdió las primarias con Puig y ahora está de presidente de la diputación. ¿Cómo lo explica? ¿Ha sabido resituarse internamente en este tiempo?
Realmente la historia comienza cuando perdí el congreso provincial con José Luis Ábalos, que ahora es ministro. Siempre he ido de cara. No soy de capillitas ni confabulaciones. Me desgasto menos y pierdo menos tiempo. Las primarias abiertas con Puig fueron una gran experiencia y mi relación con él siempre ha sido excelente. El día que perdí se lo dije: acabada la batalla, a su disposición con lealtad absoluta. No es resituarse, es madurez democrática. El problema no es el papa, sino los que son más papistas que el papa.
Tiene un grupo socialista en la diputación de gente próxima a la dirección del PSPV y de fieles a José Luis Ábalos.
Las divisiones dan morbo. Claro que hay diferencias, sanas, pero la responsabilidad del grupo está demostrada en estos tres años en los que ha pasado de todo, con diputados en procesos orgánicos situados a cada lado. Hemos pasado esa prueba de fuego.
El equipo de gobierno ha cerrado filas tras la Operación Alquería y no ha hecho sangre. ¿En el año que queda, preelectoral, da por seguras las fricciones?
Hubiera estado feo hacer sangre, porque nos afecta a todos.
Entre los detenidos son cinco a uno, entre PSPV y Compromís.
Pero estas cosas no van a peso. Ha habido una responsabilidad por parte de todos. Cuando vengamos del verano, veremos qué pasa, pero la gente está cada vez más cansada de que hablemos a los hooligans. Espero que hayamos aprendido. Siempre he gobernado en Faura en solitario y aquí ha sido a cuatro, y me ha gustado. Te hace gobernar con más prudencia y ver las aristas. Es más lento, pero está bien.
La hoja de ruta será la que diseñó Rodríguez, pero parece evidente que algo no se hizo bien si ha tenido que dimitir. ¿En qué se equivocó?
La hoja de ruta es la que diseñeron los cuatro partidos del equipo de gobierno, no la de Rodríguez. Se han hecho muchas cosas, pero ha quedado eclipsado con los acontecimientos. La sensación es que no hemos hecho nada En algo nos habremos equivocado. Quien diga que no, sería vivir en otro planeta, con lo que ha pasado. Debemos detectar qué ha pasado.
¿Usted no lo sabe?
No. En dos días es complicado hacer el diagnóstico, pero alguna cosa ha fallado.
Hablemos de Divalterra.
Eso ha fallado!
Sabían desde el primer día que era un foco de riesgo.
Y se ha llevado por delante toda la gestión en la diputación.
¿Va a ser cerrada o están ganando tiempo con estudios, informes, comisiones??.
Yo era partidario del cierre desde el minuto uno. El cierre ordenado no es tirar a 700 personas a la calle, es asumir las competencias que se pasaron en su momento a la empresa pública. En algunas ha funcionado, en esta ya hemos visto que no. Y los contratos investigados no son de zombis, iban a trabajar.
Peroeran de directivos de un partido y de otro.
Sí, pero un director general de una conselleria también lo nombra el partido. En la diputación, para esos contrato, solo se hubiera pedido un informe al secretario.
Algo ha pasado con esas contrataciones de altos directivos cuando había tantos informes y contradictorios.
Eran informes no para los consejeros, hablaban de muchas cosas. Un señor catedrático decía una cosa y otro, la contraria. No es un tema pacífico, pero que no se ponga en el mismo saco de todo lo que ha pasado antes, por favor. No es lo mismo correr que huir.
¿Usted ha visto presiones a técnicos de la empresa, persecución?
No he estado en la gestión del día a día. Soy consejero de administración. He estado una vez solo en la sede.
Dado que es miembro del consejo de administración, ¿qué pasará si le citan en sede judicial como investigado?
El juez tiene derecho a investigar por qué pedimos informes. No tiene que pasar nada. La moda es que los imputados van a la calle. Si mi partido lo dice, pues ya está. Mi cargo no es mío. Pero aviso, en la bancada de enfrente hay varios imputados y están esperando a que les digamos que se vayan. Una cosa es que te investiguen y otra que te declaren culpable.
Hablando de contradicciones y de su afición taurina. ¿Los toros tienen los días contados?
Soy de un pueblo taurino, me he criado con toros, soy respetuoso con lo que opine cada uno y me remito a las declaraciones de un antitaurino, el ministro de Cutura, que dijo que no se viene a aplicar el concepto de cada uno, sino a gobernar para todos. La sociedad cambia las cosas al paso que considera. No vengo a imponer, pero no quiero que me impongan.
