El incendio apenas ha perjudicado a la agricultura local, ya que la mayoría de la superficie quemada ha sido masa forestal. No obstante, la zona más sensible en este sentido ha sido la partida de la Marxuquera Alta, en Gandia, donde se concentran parcelas de cítricos. Es un lugar donde por su microclima especial se recogen variedades tempranas. También caquis, aunque la producción de estos últimos es testimonial en la zona, y algunos algarrobos.

El delegado de la Unió de Llauradors i Ramaders en la Safor, Alberto Roig, tras inspeccionar el terreno, constata que el principal vector de las llamas han sido huertos abandonados que lindan con los que están en producción. «Desde hace años estamos pidiendo a las autoridades que tomen cartas en el asunto y obliguen a los propietarios a sanear estos campos», apunta.

El fuego ha derretido tramos de tuberías de riego, que se fabrican en PVC y polietileno. En algunos motores ha habido averías y cortes de suministro eléctrico.

En la Vall d'Albaida hay dañados algunos olivos y almendros, los cultivos de secano más habituales del interior.