La primera aula CyL (Comunicación y Lenguaje) se creó en la Comunitat Valenciana hace 14 años (curso 2004/2005). Fue de forma experimental, para favorecer la inclusión del alumnado con necesidades espaciales. Las aulas CyL funcionan y han ido en aumento. Ocho años después (curso 2012/2013) existían ya 35 aulas. Para este curso, hay 78. La demanda es cada vez mayor, aunque para este curso solo se han sumado tres aulas CyL nuevas.

Se trata de un recurso que facilita la inclusión en centros ordinarios de aquellos menores con trastornos del espectro autista y dificultades en la comunicación y el lenguaje. Sin embargo, existe un problema en las aulas CyL que se repite de forma cíclica: faltan educadores, uno de los tres profesionales que precisa cada aula junto a dos docentes (uno de Pedagogía Terapéutica y otro de Audición y Lenguaje). Y un aula donde falta cualquiera de los tres profesionales que precisa, funciona a medio gas.

Las bajas, vacantes y sustituciones del personal docente en el aula CyL no suponen un problema siempre que sea personal docente. Y los educadores, aunque trabajan en colegios, no lo son. Dependen de la Dirección General de Función Pública (Conselleria de Justicia, Administración Pública, Reformas Democráticas y Libertades Públicas) sin que ni una ni otra conselleria argumenten el porqué.

Dos consellerias implicadas

Por ello, si la vacante o baja a cubrir es la del educador, los tiempos se demoran porque el centro comunica la baja, que pasa a la Dirección Territorial de Educación que debe argumentar la necesidad de cubrir la plaza a Función Pública, que solicita a Hacienda la autorización de la partida para cubrir esa plaza. Y el mismo proceso de vuelta. Eso ocurre, además, con cualquier plaza de educador. Ya sea en un aula CyL o no, ya trabaje en educación infantil o en especial, en centros ordinarios o específicos.

De hecho, según los datos que maneja Intersindical Valenciana, un mes después de que comenzara el curso escolar, hay falta de educadores en, al menos, 45 colegios de la Comunitat Valenciana. En algunos casos falta una plaza, en otros, dos y en otros, personal contratado a media jornada.

¿Qué dice la Administración?

La Conselleria de Justicia, sin embargo, maneja datos diferentes a los de Intersindical Valenciana. Aseguraron que, a fecha de ayer, existían 36 plazas sin cubrir (24 de Educación Especial y 12 de Infantil). Además, puntualizaron que siete de las plazas de Educación Especial son «de difícil cobertura», ya que se encuentran «en municipios donde hay poca vivienda de alquiler y la que hay, es cara».

Las mismas fuentes de la conselleria admitieron que se trata de un proceso que pasa, sí o sí, por la autorización previa de Hacienda, lo que demora la resolución, ya que «hasta que no llegue el visto bueno no se puede empezar a llamar a los posibles candidatos».

Eso sí, puntualizaron que las plazas que están sin cubrir «corresponden a comunicaciones efectuadas el 26 de septiembre, 3 de octubre, 10 de octubre y 12 de octubre. Se han realizado también tres 'actos únicos' que son procesos donde se llama a todos los candidatos. Con estos tres actos únicos se han cubierto más de cien plazas», añadieron las mismas fuentes.

Ahora bien, desde Función Pública afirmaron que «aunque la bolsa se mueva, siempre quedan plazas sin cubrir y quedan desiertas al ser de difícil cobertura. Aún así confiamos en poder cubrir la mayoría de plazas durante este mes».

Con el objetivo de agilizar el proceso, la conselleria publicó una orden el pasado mes de julio «para poder localizar a los aspirantes mediante móvil o correo electrónico ya que de esta manera se reducen los tiempos a la hora de contactar con los aspirantes y ver si aceptan o rechazan la plaza», siempre «respetando los principios de igualdad, mérito, capacidad y publicidad».