Ximo Puig se sentó hace cuatro años (no era presidente) en la tribuna del Club de Encuentro Manuel Broseta para hablar de "la decisión valenciana". Esta noche ha vuelto al mismo foro para glosar "la oportunidad valenciana". "Todo ha mejorado" en este tiempo. "El momento valenciano no es una marca, es una realidad en cifras". Es la visión que ha ofrecido en un discurso de ideas, plagado de referencias internacionales, en el que ha contrapuesto los valores de la justicia social frente a la ola populista que recorre el mundo.

La oportunidad, ha reivindicado, es la justicia social, que ha contrapuesto a los líderes autoritarios, a los "hombres fuertes" que protagonizan el giro populista conservador (ha citado a Trump, Salvini y Orban), a la "perversión" que hace que los países autoritarios aparezcan como más eficientes. Ha cuestionado la "libertad low cost" de países como China, donde la democracia se reduce a la libertad de elegir qué comprar, ha señalado.

"El peligro está en los gobiernos que prescinden de la justica social". Y ahí ha situado "la oportunidad valenciana". Alejada de errores del pasado, del "gran engaño", cuando cundía "el espejismo de que hay atajos para la prosperidad", en referencia a los gobiernos del PP.

La oportunidad, ha destacado, es "un aval para jugar un papel más decisivo en España". Lo habitual hasta ahora era desertar o no regresar a la Comunitat Valenciana. El desafío ahora es que "jamás deje de participar en los debates que le corresponden". La C. Valenciana "hoy forma parte de la solución, no es seguidora de cambios de otros o perseguidora de espejismos". "Hemos salido del armario. Tenemos opinión de todo, somos autores de un gobierno que entiende la diversidad como una riqueza", ha subrayado ante compañeros del Consell, del partido (mayoría) y representantes de la sociedad civil.

Puig ha insistido en que las reivindicaciones no van a cambiar "gobierne quien gobierne" en Madrid. No obstante, su lectura de las consecuencias del cambio en la Moncloa han sido positivas. "Ya no hay intransigencia ni parálisis, sino diálogo y acuerdo", ha afirmado.

Puig ha insistido en su discurso contra la recentralización, ha defendido una reforma federalista de la Constitución, porque "la España centralista desune", y ha defendido la línea del Ejecutivo de Pedro Sánchez de rebajar la tensión con Cataluña. No ve soluciones mágicas en este conflicto. Serán a largo plazo. Y en cuestiones de actualidad ha pedido evitar los titubeos en la respuesta al asesinato del periodista saudí Jamal Khashoggi.