Totalmente desapercibido, sin dar muestras de su presunto radicalismo y sin incurrir en delitos menores que pudieran llamar la atención de la policía sobre su persona. Así ha permanecido durante años en varios municipios de la provincia Hamdy al-Bakri, el hombre de 55 años y nacionalidad siria detenido el pasado martes en Alaquàs por enaltecer presuntamente el terrorismo islamista y tratar de captar adeptos para Daesh y Al Qaeda.

Junto a él la Policía Nacional arrestó a Abdul-Hakim Chukair Manachfi, de 58, en Cocentaina. Ambos serán puestos hoy a disposición de la Audiencia Nacional.

El presunto yihadista arrestado en Alaquàs estuvo residiendo en Torrent durante casi una década, entre los años 2006 y 2015. Durante todo ese tiempo apenas tuvo que intervenir la policía en una ocasión por unas quejas de un vecino que aseguraba que en la vivienda del ahora detenido había mucho por ruido y no le dejaban dormir. Apenas fue identificado y todo quedó en un simple aviso.

Del mismo modo, durante los últimos dos años, en los que convivía junto a sus hijas mayores en el inmueble de la avenida País Valencià de Alaquàs, Al Bakri tampoco protagonizó incidente alguno. «Cuando me enteré que lo habían detenido me quedé en shock, son gente humilde y educados», confiesa una vecina de la finca. Así, según coinciden varios vecinos, tanto el sospechoso como sus hijos visten con ropa occidental. Según ha podido saber este periódico, el piso figuraba alquilado a nombre de una de las hijas. De hecho, los propietarios estaban convencidos que solo residían tres hermanas de origen árabe.

Respecto al nivel de vida que llevaba la familia, contrasta la austeridad de dicha vivienda compartida con el vehículo de alta gama que, según algunos vecinos, portaba el detenido. «No estamos aquí para juzgar a nadie, pero creo que la mujer no tiene culpa ninguna», añade otra vecina.

«No sabemos cómo está mi padre, no hemos podido hablar con él». Esas fueron las escuetas palabras que pronunció uno de los hijos del arrestado, quien optó por guardar silencio sobre lo ocurrido, a la vez que añadía que el asunto ya está en manos de su abogado.

En cuanto concluyan el atestado policial los agentes de la Comisaría General de Información (CGI), los dos arrestados serán puestos a disposición del titular del Juzgado Central de Instrucción número 1 de la Audiencia Nacional, Santiago Pedraz.