El presidente del PP, Pablo Casado, que hoy viaja a València para asistir al acto de proclamación de los principales candidaturas valencianas asegura a Levante-EMV que «al igual que los andaluces», donde el PP acaba de cerrar un paco con Cs y Vox para presidir la Junta de Andalucía, « los valencianos están cansados del gobierno socialista» y tienen «ganas de cambio». «El rumbo que ha tomado la C. Valenciana también se ha escorado a la radicalidad con el riesgo de echar por tierra los logros de una tierra que ha sido referencia», dice.
Casado reflexiona, a través de un cuestionario previo remitido por este diario, sobre las cuestiones claves que atañen a la Comunitat cuando apenas quedan cinco meses para elecciones. La posibilidad de exportar el acuerdo andaluz está encima de la mesa: «Con los acontecimientos vividos en los últimos meses, ha quedado claro que el PP es la referencia a la derecha del radicalismo de socialistas y sus socios», indica. «Hemos demostrado que el PP ha sido el impulsor del cambio político en Andalucía, un cambio necesario en una comunidad castigada por las políticas del PSOE, que le han relegado a los últimos puestos en crecimiento, liderando el desempleo, la corrupción», añade. Casado sin embargo, evita hablar sobre futuros pactos: «Vamos a luchar por los mejores resultados porque sabemos que los valencianos están cansados de la política socialista. Después ya vendrán los momentos de los pactos», responde. En todo caso, para Casado el acuerdo con Vox, no supone derechizar el partido: «El PP sigue siendo un partido constitucionalista moderado de un centro reformista liberal», dice.
Violencia de género
Las exigencias de Vox sobre las leyes de género ha hecho salir a la calle a las entidades feministas ante el temor de que el acuerdo valenciano salte por los aires. Casado reconduce sus declaraciones de hace una semana y viene a avalar a la presidenta del PPCV, Isabel Bonig, en su afirmación de que este asunto es una línea roja: «El PP siempre ha considerado que la violencia machista es una de las mayores lacras sociales». «Nadie nos va a hacer cambiar de opinión: nuestro apoyo incondicional a las víctimas», afirma. Casado, sin embargo, señala que la Comunitat es la segunda con más víctimas: «Algo no se está haciendo bien, ¿de qué da lecciones la izquierda si solo se han ofrecido seis viviendas a víctimas de violencia de género en tres años; y si de las 293 medidas que establece el pacto valenciano, solo se han realizado 55?», se pregunta. «El PSOE y sus aliados de extrema izquierda y ultranacionalistas hablan mucho, pero hacen poco», sentencia.
Las competencias de educación
Preguntado sobre idea de que el Gobierno estatal recupere las competencias de Educación, Casado matiza su posición: «No se trata exactamente de una devolución, ya que la educación es una competencia estatal que administran las comunidades como así lo recoge la Constitución Española». «Nosotros seguimos creyendo en la libertad, en la de los padres a la hora de elegir el colegio y la educación de sus hijos y no apostar, como pretende el PSOE, por dejar en manos de los independentistas las competencias en lenguas cooficiales en lugar de fomentar el bilingüismo», indica. Casado, quien considera que las lenguas son «una riqueza para las comunidades que las poseen, pero no deben suponer un menosprecio al castellano, ni mucho menos no impulsar un verdadero bilingüismo o trilingüismo», advierte. «Ahora, con Compromís al frente de la cartera de Educación, se usa la lengua como elemento de conflicto e imposición, solo por motivos ideológicos y pisoteando la libertad de elección. Los tribunales así lo han dejado claro con cinco sentencias, recuerda. «Lo adecuado es dar opciones a las familias y promover un plurilingüismo real (valenciano, castellano e inglés), con libertad absoluta a la hora de elegir lengua y centro. La lengua debe conciliar no enfrentar».
La gestión del Botànic
La gestión de la Educación por el Botànic es para Casado un ejemplo de «extremismo peligroso que no conduce a ningún puerto». «Uno de los experimentos del Botànic ha sido poner al frente de esa cartera a un consejero radical que pretende discriminar al castellano», asegura Casado para quien es un ejemplo de que Pedro Sánchez «no puede gobernar España con unos compañeros de viaje que pretenden terminar con ella». Para el líder popular, «la gestión del Botànic está siendo muy mala». «Es lo que ocurre cuando se habla mucho y se trabaja poco. Los valencianos piden menos ideología y más gestión. Hay temas desbocados donde impera el caos: las listas de espera sanitarias se han disparado, subida de impuestos, niños en barracones, impagos en la renta de inclusión social? Hay un agotamiento real y los valencianos, como los andaluces, están ilusionados con el cambio», asegura.
El lastre de los asuntos turbios
Sobre los casos de corrupción que han sacudido al PP valenciano, Casado admite que se «cometieron errores y hemos aprendido de ellos». «Si hubo cosas que no se hicieron bien, sus responsables deben pagarlo después de un juicio y una vez sentenciados. Pero lo dije en su momento y lo repito: no es justo que nadie identifique a esta tierra con la corrupción. Y lo que está claro es que el PP ha sido el que más ha hecho por la C. Valenciana», señala.El PPCV y sus candidatos
Casado quiere dejar atrás las primarias y el hecho de que la cúpula del PPCV apostara por Soraya Sáenz de Santamaría: «El partido es uno desde el congreso de julio. Fuimos varios los candidatos en el proceso de primarias, pero ya hemos demostrado capacidad de integración, cohesión y unidad». Y añade respecto a Isabel Bonig: «Respaldamos a los candidatos elegidos: son los mejores y hacerlo es apostar por los mejores resultados para el PP a nivel nacional». Respecto a la elección de Maria José Català asegura: «Ella recoge el testigo político de la que ha sido la mejor alcaldesa de Valencia, Rita Barberá. Confiamos en ella porque puede recuperar la alcaldía».
