El juez de la Audiencia Nacional, Eloy Velasco, aseguró ayer en València que salió «cabreado de la política, con un coste personal enorme, por todo el trabajo realizado, aunque el punto se lo pusieron otros». Velasco clausuró ayer con la conferencia Medidas para combatir la corrupción el III Congreso internacional sobre calidad democrática, buen gobierno y lucha contra la corrupción, organizado por la Asociación Valenciana de Politología y la Universidad CEU Cardenal Herrera. En el turno de preguntas, Levante-EMV interrogó a Velasco sobre la reflexión personal que ha hecho tras ver como detenían, condenaban o procesaban a compañeros o jefes suyos durante su etapa como director general de Justicia en la Generalitat (1995-2003) como Eduardo Zaplana, José Luis Olivas o Serafín Castellano. Y si se sintió aliviado.

Tras admitir que salió cabreado de la política, aseguró que «sólo el que está en las cloacas sabe como funcionan, como se arreglan las alcantarillas, como rueda el agua que nos llega a casa y como salen las aguas sucias de nuestra casa sin que tengamos problemas y que eso funcione tiene un mérito». Al tiempo que añadía: «Yo aprendí en la gestión muchas cosas y vi que la política no es agradecida desde luego. Ahora, no se me ocurrió compensarme por mi cuenta económicamente por lo ingrata que sea la política. Que es el error que ha tenido esa gente de la que usted habla», aseguró emulando la frase que hizo famosa Mariano Rajoy para evitar mencionar a Luis Bárcenas.

Antes de su conferencia, a Velasco también se le inquirió sobre la prisión provisional preventiva en la que se encuentra el expresidente de la Generalitat Eduardo Zaplana. Y aseguró que él le habría aplicado la prisión atenuada (en el domicilio), en lugar de la preventiva, porque «un caso de leucemia tan grave no se puede curar en un sitio tan poco aséptico como un centro penitenciario». Al recordar que conoce al exministro porque «trabajé con él», explicó que el artículo artículo 508.1 de la Ley de enjuiciamiento criminal (Lecrim) prevé la medida de prisión provisional de un investigado en el domicilio, con las medidas de vigilancia que resulten necesarias, cuando por razón de enfermedad el internamiento entrañe grave peligro para su salud, informa Efe. «Es un instrumento que existe para evitar el riesgo de fuga y que tiene en consideración cuestiones humanitarias. Yo lo he aplicado con un narcotraficante al que se le intervinieron 85 toneladas de cocaína. Le tuve que mandar a su casa a curarse, en tratamiento ambulatorio, porque la cárcel no es sitio para hacerlo. Una vez recuperado, la Justicia vuelve a entrar en funcionamiento», explicó el magistrado.

En su conferencia, Velasco defendió la necesidad de «asignar más recursos contra la corrupción, más personal técnico que perite y jueces más independientes de los políticos». Y otras medidas políticas como «reducir tanto asesor político, establecer mecanismos preventivos internos para que los políticos alejen sus sucias manos [del presupuesto público] penalizar más la financiación ilegal, y proteger a los denunciantes contra la corrupción».