¿Utilizar modelos matemáticos para mejorar la respuesta policial a la comisión de delitos? ¿Anticipar una crisis migratoria de dimensiones catastróficas como la siria a partir de la dinámica de fluidos? ¿Qué tiene que ver un atentado terrorista con la distribución fractal? La respuesta, todo.

Esa es la conclusión a partir de la conferencia pronunciada ayer en el paraninfo de la Universitat de València por el comisario principal de la Policía Nacional Ignacio del Olmo, comisario provincial de València, bajo el título «Métodos matemáticos predictivos en seguridad: terrorismo y migraciones catastróficas», dentro de los actos por el 195 aniversario de la creación del cuerpo. Del Olmo trasladó a los más de 200 asistentes a la conferencia cómo el diseño de un modelo matemático a partir de la observación del comportamiento de fenómenos como la muerte de humanos a manos de otros humanos -homicidios, atentados, guerras...- permite anticiparlos, mitigar sus efectos e, incluso, prevenirlos por completo.

Así, explicó cómo a lo largo de los últimos 100 años físicos como el danés Per Bak o el estadounidense Murray Gell-Mann o lingüistas como George Kingsley Zipf han observado que hechos humanos como el terrorismo, la delincuencia o las crisis migratorias están sujetos a las mismas leyes internas de la termodinámica o de la estadística, por lo que incidir sobre determinadas variables o modelizarlos permitirá intervenir a tiempo para, por ejemplo, minimizar las posibilidades de que un grupo de población se convierta en delincuentes o evitar la huida forzada de miles de personas a causa de una guerra, interviniendo antes de que sean irreversibles.

El comisario principal, que se sirvió de embudos de distintos tamaños y un kilo de arroz para escenificarlo, explicó que es la teoría de la criticidad auto-organizada de Per Bak la que nos ayudaría a detectar a tiempo el punto crítico de la avalancha -el grano de arena exacto que desborda la montaña formada lentamente- y evitar las migraciones masivas no elegidas, la radicalización de futuros terroristas o la conversión de los jóvenes de un barrio marginal en delincuentes.

«Hay un orden oculto bajo el aparente desorden que amenaza nuestra seguridad», afirma Del Olmo. Lo importante es que, aunque «ninguna sociedad está a salvo del terrorismo», hallar el patrón interno que rige sus acciones -los atentados más letales se repiten con una frecuencia de 13 años y los menos mortíferos siguen una secuencia de 24 meses, por ejemplo- ayudará a prevenirlos. «La buena noticia es que modelizar ese tipo de acciones permite dotar a los gobiernos de herramientas predictivas, aplicar políticas preventivas y adoptar medidas paliativas. El futuro empieza hoy», concluyó.