El Consell del Botànic cerró 2018 con el 66,5 % de las inversiones ejecutadas. La parte buena del dato es que es sensiblemente más alto que el de 2017 y 2016, los dos años anteriores de gestión completa del ejecutivo de Ximo Puig y Mónica Oltra. La parte menos buena es que han quedado 403 millones sin gastar, si bien 115 de ellos son atribuibles a la herencia del plan Camps, que depende de los ayuntamientos y algunos de cuyos proyectos están judicializados.
Según la información de cierre del ejercicio remitida a las Corts a la que ha tenido acceso este diario, el Consell ha ejecutado 20.700 millones de un presupuesto total de gastos de 21.400 millones. Se trata de la primera ocasión que supera la barrera de los 20.000 millones El porcentaje resultante es del 96,47 %. En 2014, último año de gestión completa del gobierno de Alberto Fabra (PP), la ejecución fue del 93,44 %. Si se observa la serie histórica, la cifra de 2018 es la más alta de la última década.
Con todo, los gastos de personal, compra de bienes o financieros, que suponen el grueso del presupuesto anual (cerca del 75 %), están tasados, de forma que no hay desviaciones importantes en estas partidas, que cierran con una ejecución del 97,7 %.
El apartado de inversiones es, por norma, el que presenta niveles de cumplimiento más bajos. Se debe a que se trata de contrataciones, que tienen un proceso de tramitación más complejo. En 2016, se quedó en el 57,51 %, incluyendo inversiones reales y transferencias de capital. Era el primer año de gestión del Botànic de enero a diciembre, tras la victoria del bloque de izquierdas en las elecciones autonómicas de mayo de 2015.
En 2017, el estado final de ejecución se elevó hasta el 61,23 %, lo que significa que quedaron más de 500 millones sin invertir.
En el último año, las conselleries han logrado aumentar el grado de cumplimiento de sus previsiones inversoras hasta el citado 66,5 %. Supone que en dos ejercicios la ejecución ha mejorado en diez puntos. Son un total de 221 millones más que se han gastado de lo que se conseguía en 2016.
Desglose de ejecución
En concreto, las inversiones de las conselleries quedaron en el 65,39 %, frente al 57,28 % de 2017 y el 50,94 % de hace dos años. El grado de ejecución de las transferencias de capital (las subvenciones y órdenes de ayudas a entidades y personas) fue algo superior. Quedó en 2018 en el 67,52 %. En este apartado las variaciones con respecto a los años anteriores del Botànic no son tan significativas, aunque es el mejor dato de estos tres ejercicios.
El balance del año también revela que las obligaciones de inversión comprometidas (de los 1.203 millones presupuestados) se situaron en 969 millones. Son el 80,4 % del total. Es un 8,4 % más que el año anterior.
