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Juventud

Los millenials no conducen

Tener vehículo ya no es una prioridad para los más jóvenes, que prefieren tener móvil de gama alta

Los millenials no conducen

Cumplir los 18 años y sacarse el carné de conducir ya no es una prioridad para los jóvenes alicantinos. La denominada generación millennial está rompiendo muchas de las costuras sociales y la que hace referencia a la movilidad es una de las más evidentes.

Así lo ponen de manifiesto las cifras de autorizaciones de conducir expedidas por la Dirección General de Tráfico, que han sufrido una importante caída en los últimos 10 años. En el año 2017, últimos datos disponibles, se expidieron 21.057 licencias a nuevos conductores en la provincia de Alicante. Una década antes eran 31.184. El descenso ha sido del 32%. Aunque a nivel provincial no hay datos, a nivel nacional en el tramo entre los 18 y los 20 años las licencias de conducir nuevas han caído hasta en un 60%.

Explicaciones

¿A qué obedece este cambio de tendencia que promete transformar las ciudades? El sociólogo de la Universidad de Alicante Daniel La Parra señala que este fenómeno es común en varios países europeos y guarda relación con la preferencia de los jóvenes hacia otro tipo de objetos de consumo, como pueden ser los móviles y los ordenadores.

«También se decantan, antes de ponerse al volante de un coche, por otro tipo de experiencias, como los viajes, o aquellas relacionadas con los estilos de vida, como la ropa o los tatuajes».

La mayor conciencia ecológica de las nuevas generaciones y el amplio abanico de medios de transporte a su alcance, como el tranvía, el autobús o los patines eléctricos también juegan su papel, a juicio de La Parra, en la caída de los permisos de conducir. «Cada vez hay más alternativas y eso que en Alicante todavía no han llegado las plataformas que alquilan coches por horas dentro de las ciudades». La incertidumbre sobre lo que va a ocurrir con los combustibles fósiles a corto plazo también influye, a juicio del sociólogo, en esta tendencia. «Las limitaciones que se están imponiendo al diésel hacen que la gente se lo piense dos veces antes de comprar un coche».

La también socióloga Mamen Cuenca trasladó hace unos días a sus alumnos de la Universidad de Alicante la siguiente pregunta: ¿Os habéis sacado el carné de conducir? Entre la amplia mayoría de jóvenes que contestaron que no imperaban dos motivos. «Por un lado contestaban que no les hacía falta, porque estaban en permanente contacto con sus amigos a través del whatsapp o de las redes sociales y que no tenían tanta necesidad de quedar físicamente en un determinado sitio».

Los motivos económicos también pesan a la hora de no conducir. «Los jóvenes entre 18 y 20 años saben que no lo van a tener fácil para empezar a trabajar y que probablemente deban alargar sus estudios, así que la decisión de conducir también se aplaza hasta que no tengan más remedio por su incorporación al mercado laboral».

En las autoescuelas de la provincia también han detectado en cambio de perfil en sus alumnos. De aquellos que acaban de cumplir los 18 y están impacientes por tener un coche, a otros que acuden más mayores a examinarse sólo cuando ya ven que el coche es necesario, casi siempre, por motivos laborales.

«El hecho de tener un coche ya no les motiva tanto, te dicen que prefieren antes un iPhone», explica Lola Mula, presidenta de la Asociación Unión Vial de Alicante. En el libro de registros de su autoescuela, las edades de los alumnos que se inscriben para sacarse el carné revelan este cambio de tendencia: 32 años, 26, 29€ Mula también lamenta que el traslado a julio del examen de repesca de la Selectividad también les ha hecho mucho daño. «Antes los chicos aprovechaban los dos meses de verano para sacarse el carné, pero como en agosto no se hacen exámenes ahora no hay tiempo. Comienza septiembre y la prioridad son las clases. El coche se aplaza».

Un precio elevado

A pie de universidad, los jóvenes también achacan su decisión de aplazar la obtención del carné a motivos económicos. «No todo el mundo tiene 1.800 euros para gastarse en el carné de conducir. Es demasiado dinero, aparte de lo que cuesta el propio vehículo y su mantenimiento. Según me cuentan mis padres antes no era necesario gastar tanto dinero», lamenta Paula Cano, estudiante de 21 años de Publicidad en la Universidad de Alicante. Magda Elibrahimi, estudiante de 19 años de Turismo, lleva gastados 1.600 euros y aún no se lo ha sacado, aunque en su caso desea tenerlo «porque vivo en la Vega Baja y para llegar hasta la Universidad de Alicante debo levantarme a las 6 de la mañana».

Desde el sector de las autoescuelas reconocen que en los últimos años se ha encarecido el precio del carné de conducir desde que entró en vigor el sistema europeo de calidad de exámenes, que endureció las pruebas prácticas. «Se acabaron los exámenes de 5 minutos», explica Lola Mula. Ahora las pruebas son de 25 minutos como mínimo e incluyen una parte en la que el alumno hace un recorrido libre, lo que ha incrementado el número de prácticas que deben hacer los aspirantes antes de presentarse al examen. «Antes con 20 eran suficientes y ahora por lo menos tienen que realizar 40», con el consiguiente aumento en el desembolso.

Mamen Cuenca sostiene que la forma de desplazarse no es el único cambio que han impuesto los millennials, una generación en la que no hay consenso de fechas, pero que según algunos investigadores abarcaría desde los 80 hasta comienzos de 2000. «Se trata de una generación que lo ha retrasado todo». La crisis económica los ha convertido en una de las generaciones mejor preparadas. «Saben que van a tardar en encontrar trabajo, por lo que estudian dos carreras y varios masters». Tardan en incorporarse al mercado de trabajo y por tanto también en emanciparse y tener hijos. La secuencia vital de estudiar, trabajar, casarse y tener hijos ya no funciona para estas nuevas generaciones. Aunque Cuenca señala que los millennials valoran la independencia, «rechazan la fórmula de atarse durante muchos años a una hipoteca», apostando por otras fórmulas de vivienda, como el alquiler. «Si no les gusta una casa, cambian. Pero rechazan anclarse».

El escritor y experto en charlas motivacionales Simon Sinek protagonizó una entrevista que se volvió viral. En su charla explicó cómo la crianza de «baja calidad» de padres ausentes y ocupados, sumado a los efectos negativos de la tecnología han convertido a estos jóvenes de 18-33 años en uno de los grupos con mayor depresión y tasa de suicidios.

«A los Millennials se los acusa de creerse merecedores, de ser narcisistas, egoístas, sin objetivos, vagos», aseguró Sinek. «La mayoría de los millennials creció bajo estrategias de crianza que fallaron. Por ejemplo, les dijeron que eran especiales, les dijeron que podían conseguir todo lo que quisieran en la vida sólo con quererlo», explica Sinek.

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