«La mirada de todos esos hombres nada tiene que ver con la mía. No es mejor ni peor. Tan solo diferente. Pero yo me veo obligada cada día a adaptar mis ojos a los suyos. Conservar nuestra mirada conociendo la suya nos aporta sabiduría, independencia y libertad». Son las palabras de Ana Carrascosa, remarcadas por su compañera de la Policía Local de Reus Elena Cobler, y que vienen a resumir el sentir general de la primera jornada del II Congreso Internacional de Policías Locales, organizado por el Instituto Valenciano de Seguridad Pública y Emergencias (Ivaspe) en el centro cultural de la Petxina.
«Actos como este son importantes para visibilizar la presencia y labor de la mujer en los diferentes cuerpos policiales, que las nuevas generaciones vean que no es un imposible ascender, aunque hoy en día todavía seamos muy pocas en la jefatura esto es una carrera de fondo, estamos dando pasos cortos pero firmes», sostiene Inmaculada Soriano, intendente jefa de la Policía Local de Villena desde 1993 y una de las promotoras del citado congreso. Natural de Yecla y con 37 años de servicio, reconoce que cuando entró en el cuerpo en el año 1985 no tenían referentes mujeres para ascender y el mero hecho de presentarse a la plaza para cabo «era visto como un insulto por algunos de mis compañeros». «Me decían que no perdiera el tiempo, que no iba a salir». Pero fruto de una formación continua durante años, «sacrificando mis fines de semana» ha logrado ser una de las pocas mujeres al frente de una plantilla de Policía Local en España.
Al igual que ella, Julia González, intendente jefa de la Policía Local de Valladolid, recuerda que su ascenso a cabo supuso «un disgustazo» para muchos. «La plantilla no estaba preparada para recibir órdenes de una mujer». Asimismo, actualmente en Valladolid el porcentaje de mujeres en el cuerpo es de un 14% porque se siguen presentando pocas. «Arrastramos esa idea de cuidadoras y hay mucho que mejorar en tema de conciliación familiar», argumenta, a la vez que apunta también al hecho de exigir el carné de moto cuando según la Dirección General de Tráfico el número de moteras es muy inferior. «Se tendría que exigir una vez aprobada la plaza», propone.
Uno de los problemas que aprecian muchas de las ponentes del congreso es que las mujeres policía quieran imitar a los hombres. «No necesitamos a mujeres que imiten a hombres, sino policías que actuen como mujeres, que aporten su empatía, sensibilidad y otras capacidades para identificar y resolver las causas del conflicto», defiende la alcaldesa de Escobedo (México).
