Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Análisis

Las horas más tensas del Botànic

El adelanto electoral se convierte en epílogo al primer pacto de izquierdas y pone fin a un debate de meses sobre la fecha para votar

Las horas más tensas del Botànic

Un escalofrío recorre las principales instituciones valencianas y sedes de partidos de izquierda. Es medianoche del 2 de diciembre de 2018 y la que durante 36 años ha sido indestructible mayoría de izquierdas en Andalucía se acaba de desplomar como un castillo de naipes. Ningún analista, ninguna encuesta, nadie lo ha visto venir. Un nuevo actor entra en escena. Se llama Vox y no ha dejado de marcar el debate político en España.

Lo ocurrido tiene un efecto inmediato en la Comunitat Valenciana. El presidente, Ximo Puig, lleva meses flirteando con la idea de adelantar las elecciones autonómicas. Las encuestas huelen una plácida mayoría para un nuevo Botànic.

La moción de censura de junio y el Gobierno «bonito» de Sánchez insuflan viento a las velas socialistas. El debate coge vuelo en verano y velocidad en septiembre. El Nou d'Octubre es la fecha, se especula. Los socios, Compromís y Podemos, están rotundamente en contra. No hay razones políticas y queda mucho por legislar y gestionar.

El vuelco andaluz invalida cualquier posibilidad de adelanto valenciano. Susana Díaz se ha jugado su futuro ella sola sin cobertura nacional y se ha hundido. El voto protesta ha abierto las instituciones a la extrema derecha. El resultado es catastrófico. Un suicidio político.

La baja participación, la imposibilidad de singularizar la convocatoria autonómica con Cataluña monopolizando el debate y el colapso de la izquierda descartan toda posibilidad. El adelanto electoral valenciano es inviable.

Viernes 15 de febrero

Pedro Sánchez anuncia el adelanto de las generales al 28 de abril

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anuncia esa mañana que llama a los españoles a las urnas el 28 de abril. Sánchez se ha cansado de lidiar con los independentistas catalanes que le han tumbado el presupuesto. Hace cinco días que las derechas (PP, Cs y Vox) se han fotografiado juntas en la plaza de Colón de Madrid en plena pugna por denunciar cesiones de Sánchez al secesionismo y traiciones a España. Pese a todo, las expectativas electorales de Sánchez van en aumento según las encuestas.

Poco antes del mediodía, el presidente Puig y la vicepresidenta, Mónica Oltra hablan sobre elecciones. Se produce una reunión inusual porque se celebra tras el pleno del Consell y justo antes de la comparecencia de Oltra. Será la última vez que hablen de calendario electoral hasta el lunes 4 de marzo cuando se hace oficial el adelanto.

Ese viernes ambos acuerdan que no existen razones políticas para adelantar las autonómicas. Razones que sí concurren en el Gobierno de España con la imposibilidad de aprobar los presupuestos, sacar adelante proyectos de ley en el Parlamento o por la inestabilidad política, dada la minoría parlamentaria en la que se encuentran los socialistas en el Congreso.

Oltra incide en esas horas en que esas dificultades no se dan en el Consell valenciano, que es el gobierno que más tiempo lleva sin cambios en la historia de la democracia española (casi cuatro años). Así lo comunica en su comparecencia semanal. Ese día Puig remarca: «El adelanto electoral no entra dentro de lo probable».

Sin embargo, entre dirigentes socialistas y asesores del presidente empieza a ganar fuerza la idea de hacer coincidir las elecciones. Piensan que la movilización será mayor el 28 de abril que el 26 de mayo. Empiezan a explorar la idea y a reforzar los argumentos. Hasta ese día, Presidencia siempre ha sido refractaria a unir elecciones autonómicas y generales. Nadie quiere un superdomingo en mayo porque la agenda estatal diluiría la valenciana. Pero Sánchez abre una oportunidad.

Martes, 26 de febrero

Maniobra en las Corts para salvar el Estatut si se produce adelanto

Esa maniobra es una pista clave de que el anticipo electoral está ya muy adelantado. En el entorno de Puig ya son mayoría los que apuestan por adelantar elecciones. La decisión no se toma un día o a una hora en concreto sino que es un proceso repleto de matices. Pero el hecho significativo ese día es que el presidente está ya más inclinado hacia el sí que hacia el no, notan sus asesores. Con todo, Puig se decide a apurar los plazos por si ocurre algo inesperado, habitual por otra parte en política.

Jueves, 28 de febrero

Último pleno en las Corts, fotos entre diputados y sensación de final

Para el resto de asistentes a la sesión, el adelanto electoral está ya en el ambiente. El plazo para anticipar las elecciones al 28 de abril concluye el 5 de marzo, martes. El presidente hace un corrillo con periodistas en las Corts sin concretar nada. Pero, la sensación es que habrá adelanto y que apurará los plazos para hacerlo oficial.

En las Corts planea ese día una sensación de fin de ciclo. Muchos diputados aprovechan para despedirse. Los grupos se fotografían en esa última sesión. Ese día se conoce también que en Presidencia del Gobierno no van a poner ningún impedimento. En Ferraz también se da carta blanca. El adelanto valenciano ni perjudica ni beneficia las aspiraciones de Sánchez por tanto la dirección socialista no tiene nada que decir.

Por si queda alguna duda de que adelantar las elecciones autonómicas beneficia a los socialistas ese día aparece la encuesta del CIS con un apoyo elevado al PSOE, hasta el 30 %, el más alto en mucho tiempo. Cifras que abren la puerta a que los socialistas puedan ganar unas elecciones en la Comunitat Valenciana por primera vez en 30 años.

Entre los socialistas se da por seguro que a Podemos (factor clave para la supervivencia del Botànic) le irá mejor arrastrado por Pablo Iglesias y la marca estatal en las elecciones del 28 de abril que en unas autonómicas con un candidato prácticamente desconocido.

Viernes, 1 de marzo

Operación adelanto en marcha y enfado de Puig con Oltra

Cuando Oltra asegura públicamente esa mañana que no se dan razones políticas y que si hay adelanto es partidista, el presidente monta en cólera. Entiende que la vicepresidenta ha dado razones de partido contra el adelanto cuando ella representa a todo el Consell.

Las palabras de Oltra incomodan mucho en Presidencia. Su equipo admite que en ese momento Puig aún no ha tomado la decisión, pero que después de las palabras de Oltra se decide a no dar ya marcha atrás. Han pasado pocos minutos desde la comparecencia cuando desde Compromís se airean dudas legales sobre el adelanto, que pronto quedan en nada.

A esas horas se produce un hecho que evidencia el malestar con Oltra. Puig sale con su equipo del Palau justo cuando la vicepresidenta charla con periodistas tras la rueda de prensa posterior al pleno del Consell. En la misma fachada de Cavallers, 2; Puig y los suyos dan media vuelta y cambian de rumbo para evitar pasar junto a ella.

Pero Oltra, que no ha vuelto a hablar de calendario electoral con Puig desde el 15 de febrero entiende que los argumentos de aquella reunión siguen siendo válidos y que solo puede producirse una convocatoria por inestabilidad política, imposibilidad para legislar o falta de apoyo parlamentario, razones que no concurren en el Consell. Oltra entiende que ella está siendo leal a aquella reunión. Cuando da su versión el lunes subrayará varias veces la palabra «lealtad» en tono severo.

Reunión con Podemos, que sale convencido de que habrá adelanto

Puig, acompañado por el síndic, Manolo Mata, les plantea la posibilidad del adelanto, pero sin darlo por definitivo ni comunicarlo oficialmente. A Podemos no le va mal el adelanto. Ofrecen tibieza propositiva, describe Mata días después cuando usa ese encuentro para justificar el adelanto porque dos de las tres patas del Botànic están de acuerdo.

Los podemistas concluyen que esa semana Puig ha estado sometido a mucha presión y aunque días atrás creen que en su forma de hacer política de Puig no encaja tomar decisiones arriesgadas sí salen convencidos al 99% de que habrá adelanto. Con todo, Estañ mantiene dudas sobre si el adelanto electoral es la mejor opción.

Domingo, 3 de marzo

Todos los preparativos para el adelanto están ya a punto

El sábado, Puig participa en un acto con el ministro de Agricultura, Luis Planas, y se va a Morella. Evidencia que la decisión está tomada al asegurar que quiere la cita electoral que permita mayor participación. El domingo por la tarde se reúne con un grupo reducido en el Palau. Acude el conseller Soler. Plantean comunicar ya con Oltra pero deciden posponerlo al lunes.

Lunes, 4 de marzo

Puig anuncia el adelanto y Compromís hace piña en contra

10:06 horas. El gabinete del presidente llama al de la vicepresidenta. No hay contacto directo entre los dos. Se traslada a Oltra que Puig quiere concertar un encuentro esa mañana. La decisión ya está tomada. Queda comunicarla al socio, Compromís. En la sede de la coalición se respira tensión esa mañana. Las llamadas son continuas. Sobre el mediodía, la vicepresidenta llega al Palau. Dice que acude a escuchar. El presidente traslada que será la primera en saberlo, pero tampoco le hace oficial su decisión.

A las 15.25 horas de esa tarde el presidente llama a Oltra y le comunica que va a reunir al Consell a las cinco para proponer el adelanto de elecciones al 28 de abril. El pleno comienza a las 17.10 y acabará a las 17.35. Se les traslada un informe jurídico de la decisión, porque en Compromís plantean otra vez dudas legales.

Los consellers de la coalición llegan y salen todos juntos. Oltra toma la palabra para mostrar su rechazo al adelanto. No se vota a mano alzada, pero queda claro que la mitad del Consell no quiere el adelanto y que se va a producir por el voto de calidad del presidente.

A las 18 horas, Puig comparece en solitario en el salón de Corts (el que se usa para las solemnidades) para dar cuenta de la decisión del Consell, aunque Oltra es la portavoz. Puig asume toda la responsabilidad y el eje de su intervención es para remarcar que se sitúa a la Comunitat Valenciana como autonomía histórica al singularizar su calendario electoral.

Los consellers de Compromís y Oltra, a los que se suma el presidente de las Corts, Enric Morera, siguen la intervención desde un móvil en una terraza junto a la sede de la vicepresidencia. Van a arropar a Oltra en su intervención. Entre los socialistas se teme la reacción de Compromís. Se producen llamadas de cargos socialistas a miembros de la coalición para evitar un tono duro, de ruptura. Las imágenes son potentes y el desencuentro es grave. Pero las palabras no tanto. Los puentes botánicos seguirán en pie tras el día más tenso.

Compartir el artículo

stats