Escribo este artículo sin asimilar aún lo que ha sucedido en los últimos días en el litoral mediterráneo. Tras unos primeros meses en los que apenas había llovido, y ya con el fantasma de la sequía rondando, en menos de 96 horas hemos pasado de un déficit muy importante en lo que llevamos de año a estar por encima de la media. Una importante sequía que se acaba abruptamente con un episodio muy importante de lluvias generales, persistentes y localmente intensas.

Nunca me dejará de sorprender y maravillar el Mediterráneo y sus cambios tan bruscos; algo que mucha gente considera como negativo, mientras que yo lo encuentro apasionante y digno de estudio (y más si acaba sucediendo lo que prevén algunos modelos climáticos: que cada vez sea más frecuente que se alternen sequías severas con eventos muy importantes de lluvias torrenciales). Podría hablar de muchas cosas de este episodio de lluvias: de los avisos y la zonificación de AEMET, del miedo a nombrar el término de gota fría por coincidir con la Semana Santa, de lo bien que han estado en esta ocasión los modelos meteorológicos, de imprudencias, de curiosidades, de los importantes daños que ha provocado el temporal marítimo de estos días... Quizás hable de alguna de estas cuestiones en las próximas semanas, porque sin duda se trata de una situación de precipitaciones que es digna de estudio. Y sí, las lluvias han estado asociadas al descuelgue de una gota fría sobre la vertical del Estrecho, coincidiendo con una entrada muy marcada de viento de levante.

En muchas zonas de la Comunidad Valenciana y Murcia se han superado los 100 l/m2. En el caso del sur de Alicante y de la Región de Murcia, se trata del temporal más importante en el mes de abril desde la riada del Viernes Santo de 1946 (curiosamente, hasta coinciden las fechas: 19 y 20 de abril). En el extremo oriental de Andalucía, Teruel y este de Castilla-La Mancha las lluvias también han sido abundantes. Porque yo me quedo con esto último: las lluvias han sido una bendición para los acuíferos, embalses y nuestros montes, que ya estaban pasándolo mal, y que nos permitirá afrontar con tranquilidad este próximo verano.