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Investigación

'Destripar' la obesidad con el ADN de delfines

El Hospital General de València investiga el gen de la obesidad mórbida en colaboración con l'Oceanogràfic

Tres de los delfines de l'Oceanogràfic. levante-emv

El convertirse en una persona obesa viene determinado en gran medida por nuestro estilo de vida pero el ser un obeso mórbido o un súperobeso se lleva ya en los genes. Los investigadores lo saben y, de hecho, se conoce el gen que está directamente implicado en este tipo de obesidad hereditaria y que conlleva desarrollar esta enfermedad extrema: el MC4R.

El equipo del servicio de Análisis Clínicos del Hospital General de València, comandado por Goitzane Marcaida, está «rebuscando» en las características de este gen para intentar avanzar en la prevención de esta enfermedad y lo están haciendo de la mano de unos inusitados compañeros de viaje: los delfines de l'Oceanogràfic de València.

Gracias a un convenio entre la fundación de este entidad y la fundación de investigación del Hospital General, el equipo de Marcaida está secuenciando el gen MC4R de los habitantes del delfinario y comparándolo con las secuenciaciones del mismo genoma que ya se tienen de centenares de pacientes valencianos con obesidad mórbida. De la confrontación de datos, los investigadores esperan encontrar pautas para explicar las variaciones genéticas que separan a las dos especies y que ayuden a desarrollar en el futuro terapias más eficaces.

Moduladores de grasa

La elección de los delfines, aunque puede parecer peregrina para el ojo inexperto, tiene una base biológica incontestable: estos mamíferos acuáticos tienen una relación especial con su grasa corporal que modulan para adaptarse al medio: «son capaces de modularla para controlar su flotabilidad o también su temperatura y así adaptarse a las aguas más frías pero también a las del Trópico o incluso la grasa es importante en el sistema de sónar que tienen para ubicarse y para comunicarse», explica Raquel Rodríguez, miembro del laboratorio de genética del H. General de València y parte del equipo de la investigación.

Esa modulación casi a voluntad que tienen los delfines con su grasa es uno de los puntales de la investigación que ya ha dado sus primeros resultados: «la clave es la plasticidad genética. Hemos visto comparando la secuenciación del gen de los delfines con la de los humanos que en los delfines hay muchísimas mutaciones, el gen es más plástico mientras que en los humanos esta plasticidad se ha perdido con la evolución y hay muy pocas mutaciones».

La misma investigación se ha llevado a cabo con el ADN de las belugas del acuario y también de los leones marinos que tienen una relación similar con su adiposidad. Estos hallazgos permitirán avanzar en encontrar la «etiopatogenia de la obesidad humana», es decir el origen de esta enfermedad y avanzar en prevención primaria ya que, una vez desarrollada, es muy difícil de combatir.

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