La presidenta en 2010 de la ONG Asamanu África, Vicenta P. S., ha relatado esta mañana en el juicio del caso Blasco, donde ha comparecido como testigo, cómo la Fundación Hemisferio, creada por el empresario Augusto César Tauroni, contactó con ellos para ofrecerse a gestionar los proyectos subvencionados por la Conselleria de Solidaridad. Asamanu África había gestionado hasta ese momento proyectos de cooperación de poca cuantía, pero tras la intermediación de la fundación considerada la matriz de la trama, lograron que se les adjudicara un proyecto de 232.148,84 euros para proyectos de cooperación en Senegal.

La presidenta de la ONG en 2010 ha explicado que al principio no hicieron mucho caso a la representante de la Fundación Hemisferio que contactó con ellos, la administrativa Maribel Castillo, investigada en el caso. Pero que finalmente decidieron colaborar con ellos para poder ejecutar un trabajo de rehabilitación de un colegio en un suburbio de Dakar. Cuando presentaron la documentación ante la Conselleria de Solidaridad, los responsables de Asamanu vieron cómo la Fundación Hemisferio evitaba aparecer en el proyecto. «Íbamos solos. Cuando preguntamos, desde Hemisferio nos dijeron que ya éramos mayorcitos y que podíamos presentarlo sólos, pero que estarían detrás apoyándonos. Creíamos que se reirían de nosotros, porque no era lógico que nos dieran una subvención de más de 300.000 euros [la cantidad inicial que se solicitó]».

Finalmente, la Conselleria de Solidaridad les concedió la subvención, aunque las primeras sospechas surgieron cuando de la cuenta bancaria conjunta abierta por Asamanu y Hemisferio se abonaron 60.000 euros a una constructora que iba a encargarse de la rehabilitación del pabellón escolar en Senegal. «Entonces supimos que iban a pagar a la constructora 120.000 euros, en calidad de sueldos. Llamé a un colaborador y le dije: 'Esto hay que pararlo'. Era inmoral que la mitad del dinero fuese a pagar a una constructora sólo en salarios», ha explicado la testigo al tribunal de la seción quinta de la Audiencia de València. A mediados de 2010, Asamanu rompió el acuerdo con la Fundación Hemisferio, al descubrir a través de un artículo de Levante-EMV que existía una presunta trama de falsas ONG organizada para desviar el dinero de la cooperación.