«De lo poco que nos entendemos con el traductor del movil, tiene abogado. Lleva 20 días en el CIE», este es uno de los apuntes que realizaron los voluntarios del Servicio Jesuita a Migrantes de València (SJM) tras visitar a 201 internos del Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) Zapadores en València. Comunicarse mediante el traductor de un teléfono es una práctica que, muchas veces, hasta los abogados de las personas internas se ven obligados a adoptar.

Así lo denuncia el informe de 2018 «Discriminación de Origen», elaborado por el SJM y presentado el pasado lunes en el Ilustre Colegio de Abogados de València (ICAV). Durante el acto, Ester Sanchis, responsable de la Sección de Extranjería y Derechos Humanos del ICAV, comentó que «la falta de traductores hace muy difícil explicar a los internos cuáles son sus derechos y cómo pueden ejercerlos». De aquí que el SJM demande la contratación de intérpretes por parte de la administración pública para poder prestar un buen servicio que dé garantías a los internos.

El STJ alerta de que en 2018 fueron internados 16 menores en el CIE valenciano, mientras que el 18,25 % de los migrantes tenían expedientes de expulsión por estancia irregular. Además, los datos reflejan que la duración media que pasa una persona internada en Zapadores es de casi 28 días. El informe destapa una serie de carencias en el CIE Zapadores: necesidades no cubiertas, problemas de la asistencia letrada de oficio e incluso deficiencias de atención sanitaria. «Manifiesta que padece tuberculosis desde 2015 y no ha sido llevado al hospital. La medicación que le suministran en el CIE le aumenta los ataques», anotaron los voluntarios sobre el estado de salud de un interno.

De la misma manera, «Discriminación de origen» indica que muchos internos no tienen acceso a ropa y calzado adecuados a su talla y/o a la estación. Durante algunas visitas, principalmente las realizadas entre diciembre y febrero, los voluntarios registraron en varias ocasiones esta deficiencia: «le dimos ropa de abrigo que agradeció mucho», «llevamos ropa y calzado, va en changlas de dedo, sin calcetines».

Desde SJM denuncian que «la discriminación de origen no se limita al internamiento», ya que los magrebíes reciben un trato discriminatorio mayor. Mustapha M-Lamin, coordinador del Programa CIE del SJM València, asegura que «a partir de julio tan solo se internó a marroquíes y argelinos», ya que es más fácil deportarlos por los acuerdos de readmisión con sus países de origen.