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Medio Ambiente

El plan de residuos llega con 482 empleos "verdes"

La Conselleria de Medio Ambiente destaca como "medida estrella" la obligatoria implantación del educador ambiental en todos los municipios

Piquer, Ruiz Saiz-Aja, Portillo y García Balaguer, en la jornada inaugural. gva

De hierba seca, de peladuras de patatas o zanahorias, y por supuesto compostables en cuestión de meses. Así serán los envases del futuro en el tránsito a la economía circular y «verde». A las tres «r» clásicas: reducir, reciclar y reutilizar se suman también las de repensar y rediseñar. «Hay que pasar de las palabras a los hechos», señalaba ayer Fran Quesada, secretario autonómico de Medio Ambiente en la inauguración de la jornada «Residuos y Retos. Recursos para el Cambio».

Quesada incidía en las nuevas posibilidades que se abren para cumplir con los requisitos que marca la Unión Europea en cuestión de reciclaje. Especialmente en la generación de empleo directo o indirecto. Quesada cifraba ayer en 482 los puestos de trabajo solo en educadores ambientales.

Como ya adelantó Levante-EMV, los planes locales de residuos que los municipios valencianos han de elaborar antes de enero de 2021 tendrán que incluir esa figura pedagógica. «Una medida estrella, de obligatoria implantación», según Joan Piquer, director general de calidad ambiental. «Antes que medidas coercitivas, hay que actuar en prevenir la generación», enfatizaba. Las entidades locales de hasta 5.000 habitantes deberán disponer de al menos un educador ambiental a jornada completa. Las de menos de 5.000 habitantes podrán agruparse para compartir los servicios, y deberán coordinarse con las funciones que desarrollen los consorcios y entes locales competentes en valorización y eliminación de residuos. Los cálculos de conselleria hablan de 62 educadores ambientales en Castelló, 180 en Alicante y 240 en Valencia.

De goma de riego a bolsa

Quesada, además, desgranaba los 40 empleos de la nueva planta de tratamiento de envases ligeros de Benidorm y los más de 500 puestos indirectos generados en la industria valenciana proveedora de maquinaria de clasificación y compostaje para el resto de España y el extranjero. «Son una muestra de lo que la economía circular va a traer», comentaba. Piquer, por su parte, colocaba como ejemplo el reciclaje de placas solares, pendiente de autorización pero que sería la primera empresa dedicada a ello en la Comunitat Valenciana. Situación calcada a la de las gomas del riego por goteo recicladas y reconvertidas en bolsas de basura. «La recogida selectiva de este material se traduce en una nueva industria que demuestra que el reciclaje tiene salida, es viable, comercial y genera valor añadido para la sociedad», razonaba Piquer.

Un café ecológico y sostenible

La jornada de ayer en el marco del Palau de les Arts Reina Sofia, con un coffee break ecológico y sostenible, la organizaba la conselleria de Agricultura, Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Rural en colaboración con los Sistemas Colectivos de Responsabilidad Ampliada del Productor de envases, aparatos eléctricos y electrónicos. Y tanto Quesada como Piquer no ahorraban críticas a la «inercia del pasado», reclamando al Ministerio para la Transición Ecológica una transposición cuanto antes de las nuevas directivas europeas en lo referente al uso de plásticos y límites de la fracción de rechazo que llegará al vertedero, con medidas de aplicación y la normativa necesaria.

«El sistema está llegando al colapso», remarcaba Piquer. En ese punto, sin embargo, destacaba el papel de dos institutos tecnológicos como Aimplas (plástico) e Itene (Embalaje, Transporte y Logística), que andan en la taréa de «repensar y rediseñar» en nuevos materiales. El nuevo Plan Integral de Residuos de la Comunitat Valenciana establece la obligación de la recogida selectiva en los centros públicos o privados, la potenciación de nuevas recogidas selectivas (productos de higiene íntima y textiles), el puerta a puerta, o el pago por generación. En cuanto a la fiscalidad, de carácter obligatorio, implicará un análisis de detalle de los grandes productores y una aplicación «proporcionda a los residuos que producen y que gestionan las entidades locales».

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