El pleno de Alicante eligió ayer al popular Luis Barcala como alcalde con los votos del PP (nueve) y Cs (cinco), quedándose a uno de los mayoría absoluta. El popular seguirá al frente de la alcaldía al encabezar la lista más votada en las elecciones municipales del pasado 26 de mayo. Los grupos municipales del PSOE (Francesc Sanguino), de Podemos (Xavier López), de Compromís (Natxo Bellido) y de Vox (Mario Ortolá) votaron a sus respectivos candidatos. Emocionado, Barcala juró el cargo y apostó con la vara de mando minutos antes del mediodía, que no compartió con la líder de su futuro socio de gobierno, Mari Carmen Sánchez (de Ciudadanos), marcando distancia con la simbólica imagen ofrecida por el tripartito de izquierdas hace cuatro años.
El alcalde, Luis Barcala, recordó que hace un año tomó la vara de mando «tras el fracaso del tripartito de izquierdas, que demostró no estar a la altura de la oportunidad». Según Barcala, el PSOE, Compromis y Guanyar «dieron un recital de egoísmo político, que desembocó en una paralización de la ciudad». El popular subrayó que «los alicantinos han hablado claro en las pasadas elecciones, con el PP como la lista más votada».
El popular cargó contra los discursos de sus antecesores frente al micrófono en la sesión de investidura en alusión directa a las formaciones de la izquierda por sus críticas a los gobiernos del PP en Alicante: «Han sido discurso rancios, iguales que hace cuatro, ocho y doce años. El resultado de las urnas avala nuestra gestión. Es necesario continuar con la tarea del pasado año. Los alicantinos no quieren volver a revivir tiempos pasados», prosiguió Barcala en su discurso previo a la votación, en el que añadió que «toca gestionar desde la generosidad y el acuerdo».
Según Barcala, un gobierno encabezado por él «es la mejor garantía de que se van a poner los recursos al servicio de los ciudadanos». El popular, para terminar, prometió «trabajo, trabajo y trabajo».
«No seremos comparsa muda»
La portavoz y futura vicealcaldesa de Alicante, Mari Carmen Sánchez, aseguró previamente que su partido llegó para «servir» a los alicantinos, a la vez que tendió la mano al resto de formaciones para dialogar y negociar. «No seremos una comparsa muda, ejerceremos labor de fiscalización. Más allá de los intereses personales, Alicante está por encima de todo», señaló Sánchez, que apostó por un «Alicante que tenga voz propia para acelerar asuntos como el Parque Central, la conexión de Alicante y el aeropuerto, un nuevo Plan General (PGOU)».
Según la portavoz de Cs, la ciudad no puede «permitirse el dudoso lujo de ser una de las más sucias de España, ya que la limpieza debe ser la carta de presentación». La líder de Cs también habló de los barrios degradados que «necesitan de políticas urgentes», de «eliminar gastos superfluos» y de «gestionar con transparencia con una administración ágil». La futura vicealcaldesa de Alicante se mostró a favor de una ciudad «libre de prejuicios xenófobos, libre de violencia de género, abierta a todas tipo de familias, un Alicante como paradigma de libertad».
