El síndic de Compromís en Les Corts, Fran Ferri, la dragqueer y artista contemporánea Liz Dust y personas anónimas Lgtbi comparten sus vivencias y reflexiones en el corto documental valenciano Testigos del Orgullo, una «visión emocional» de la realidad del colectivo que insta a «ponerse en su piel». Bajo la dirección del valenciano Carlos Giménez, este vídeo de 13 minutos de duración reúne diferentes voces, públicas y anónimas, que comparten su visión, reflexiones, sus inseguridades y opiniones sobre el mundo que las rodea. Así, pone el foco en la ruptura de roles de género, la homofobia, plumofobia, bisexualidad, travestismo, transexualidad, las formas de educar y el respeto. Giménez explica que, desde su experiencia de convivencia con personas Lgtbi y grupos en los que predomina la heterosexualidad, decidió grabar un corto para lograr «un entendimiento entre ambos», «para que la gente que no es del colectivo se ponga en su piel».

En el vídeo, el síndic de Compromís, Fran Ferri, denuncia que «todos» los miembros del colectivo sufren «violencia, verbal, psicológica y física». Asegura que «hay muchos casos» y explica que a él mismo por ir con su pareja por la calle le han llamado «maricón». «Nací en el 84, cuando alguien como yo nacía era considerada una persona enferma todavía por la Organización Mundial de la Salud, eso no cambió hasta el año 91. Me pasé siete años de mi vida siendo un enfermo aunque yo no lo sabía», ironiza.

También aparece la dragqueer Liz Dust, para quien «el arte va ligado totalmente al travestismo», cuando es una práctica «relacionada con lo perverso, con el vicio». A su juicio, «existe un pudor hacia el cambio de imagen» y hay «homosexuales que no se travisten justamente por miedo» y las «inseguridades que genera la propia sociedad». «La sociedad no es tan estructurada, las sexualidades son muy abiertas, tienen muchos matices, y parece que esas realidades no se ven, que las personas necesitemos jaulas para que nos digan 'por aquí sí, por aquí no'», critica.

Con todo, Testigos del Orgullo pretende llegar a «cuanta más gente mejor», que las personas Lgtbi puedan mostrar este vídeo a su entorno y conseguir que «puedan entenderlas mejor», destaca su autor, que avanza que algunos docentes se han puesto en contacto interesados en proyectar el vídeo en sus aulas.