Aguas revueltas en el PP valenciano. La presidenta del partido, Isabel Bonig, se encuentra ahora con una cena de verano alternativa a la que suele convocar cuando se acerca el mes de agosto. La monta un grupo de críticos, crecidos tras los últimos reveses de la presidenta, que ha visto cómo su candidata a liderar el partido en la provincia de Valencia no lograba ser diputada provincial y otros de sus candidatos a la diputación eran derrotados. Todo eso mientras por el sur perdía la protección de José Císcar, que daba un paso al margen para dejar cancha libre al nuevo sector dominante, fiel a Pablo Casado.
La cena de los históricos será el viernes próximo en un restaurante de la playa de la Patacona habitual de actos del PP. Cuenta ya con más de un centenar de confirmados de las tres provincias («más de los que Bonig metió en campaña en los dos mítines de Casado», afea uno de los que asistirá). Entre ellos, históricos venidos a menos como el expresidente Francisco Camps y el exministro José Manuel García Margallo, adelantaba ayer el portal esdiario.
El acto, sin mesa presidencial, suena a exhibición de fuerza. Según se precisa en el mensaje de confirmación, al que ha tenido acceso Levante-EMV, «habrá megafonía y podrá intervenir todo el mundo. No habrá presidencia ni protocolos. Hablaremos de recuperar el orgullo y la ilusión por el PP, reivindicar nuestro patrimonio e historia».
Mientras, en la ejecutiva valenciana rechazan la subversión y garantizan que el congreso regional se mantiene en 2021. La secretaria general, Eva Ortiz, pidió a los críticos «hacer oposición hacia afuera, hacia Oltra y Puig», y no hacia Bonig. Sobre el peso de Ortiz en el PP de Alicante, donde pierde apoyos en favotr de afines a Casado, avisó: «No cedo a las presiones psicológicas».
