El Observatorio Astronómico de la Universitat de València (OAUV), que desde 2006 está enclavado en Aras de los Olmos huyendo de la contaminación lumínica, ha puesto en marcha la mayor ampliación en sus más de 100 años de historia. Una inversión de 200.000 euros, financiada a partes iguales por la Unión Europea y la Generalitat, le permitirá pasar de sus tres telescopios actuales a seis. Esta mejora, que incluye además la renovación total de su principal telescopio, dispara su potencial y permite a la veintena de investigadores y técnicos que trabajan en él incorporarse a nuevas redes internacionales de observación astronómica.

La reforma, que estará terminada a final de este año, incluye la instalación de cuatro nuevas cúpulas cuya compra ha sacado recientemente la Universitat a concurso público por 64.079 euros (IVA incluido). Los 136.000 euros restantes se destinarán a la compra de tres nuevos telescopios, más su correspondiente electrónica y cámaras digitales, así como a la reforma integral del instrumento principal de observación del centro: el Telescopio Robótico de Aras (Trobar) de 60 centímetros de diámetro.

El director del observatorio y profesor titular del Departamento de Astronomía y Astrofísica de la UV, José Carlos Guirado, detalla que la actualización del Trobar «supone cambiar casi todo menos la óptica, con lo que aumentaremos su operatividad al hacerlo más veloz y preciso». Lo más rompedorde esta renovación es la sustitución de la carcasa de acero del telescopio «por otra de fibra de carbono más ligera y resistente, lo que nos permitirá moverlo más rápido y con menores tensiones», destaca.

Impulso a la industria valenciana

Guirado muestra su alegría porque el nuevo tubo del Trobar lo han realizado empresas valencianas, «a las que le hemos abierto un campo nuevo de expansión en la industria de la tecnología astronómica, lo cual como concepto es bonito».

También se sustituirá la cúpula de cuatro metros de diámetro del Trobar por otra más resistente y ligera. El movimiento de la cubierta, que girará encima de un carril sobre el muro está ligado a la electrónica del telescopio, que se maneja a distancia desde el Parque Científico de la UV en Paterna.

Dos de las nuevas cúpulas tendrán tres metros de diámetro y son del tipo iglú, que giran sobre una base de cemento. Ambas albergarán dos de los tres nuevos telescopios. Uno de ellos es un astrógrafo o telescopio de campo ancho que, según detalla Guirado, sirve «para mapear grandes zonas del cielo con mucha sensibilidad con el fin de estudiar grandes estructuras intergalácticas como las nebulosas».

Un 'Fórmula 1' de la astronomía

El otro es un telescopio ultrarrápido de 30 cm de diámetro pensado para cazar eventos astronómicos muy violentos como explosiones de supernovas o de estrellas de neutrones, estallidos de rayos gamma e incluso ondas gravitacionales. Estos Fórmula 1 de la astronomía están conectados por internet a telescopios espaciales que lanzan alertas a los observatorios terrestres cada vez que detectan señales de los citados fenómenos fugaces, «con lo que sin apenas intervención humana -resalta Guirado- en cuestión de segundos son capaces apuntar en la dirección indicada y tomar una fotografía».

La cuarta cúpula que se instalará, también de 4 metros de diámetro y sobre muro, albergará el tercer y último nuevo telescopio, que tendrá 40 centímetros de diámetro y estará dedicado «a la observación de estrellas variables, tránsitos de exoplanetas y el seguimiento de supernovas», concluye Guirado.