Si un colegio necesita un educador, por el motivo que sea (por un baja o por una plaza vacante), la dirección del centro comunica la petición a la Dirección Territorial de Educación, que debe argumentar la necesidad de cubrir la plaza ante la Conselleria de Función Pública, que, a su vez, solicita a Hacienda la autorización de la partida. Y el mismo proceso de vuelta. Hacienda le comunica la autorización de la partida económica para cubrir la baja a Función Pública, que la traslada a la Dirección Territorial, que se la comunica al colegio en cuestión. Entre la primera comunicación y la última pueden pasar meses. Un tiempo en el que el alumno con necesidades especiales no tiene a su lado al educador que le corresponde para poder disfrutar de una educación inclusiva real. Eso ocurre con cualquier plaza de educador. Ya sea en un aula CyL (Comunicación y Lenguaje) o no; trabaje en educación infantil, primaria o en especial, en centros ordinarios o específicos. El problema era el mismo y no tenía alternativa. Hasta ahora.

Y es que el conseller de Educación, Vicent Marzà, ha decidido acabar con una reivindicación histórica de la comunidad educativa para agilizar los trámites en la cobertura y sustitución de los educadores en las escuelas, una pieza clave para la educación inclusiva. Para ello, la Conselleria de Educación -que ya asume las nóminas de los educadores- también se encargará de la gestión de las plazas. Hasta ahora era la Conselleria de Función Pública quien las coordinaba sin que se argumentara el porqué. Marzà preparó en la anterior legislatura el marco legal para hacer posible un cambio que supondrá una mejor gestión de los educadores, algo que padres de alumnos, educadores y docentes llevaban años reclamando.

«Habíamos hecho el marco teórico, con la aprobación del Decreto de Educación Inclusiva, pero ahora hay que desarrollarlo y el primer salto que daremos es la integración del personal no docente, unas 1.500 personas», explica el conseller de Educación. Así, además de pagar el salario, el departamento autonómico de Marzà será el encargado de la gestión de los educadores, lo que facilitará cuestiones como las sustituciones. Dentro de esta «apuesta clarísima» por la atención a las diversas características del alumnado, el conseller destaca el aumento de personal en recursos como las Aulas de Comunicación y Lenguaje (CyL) y Pedagogía Terapéutica, entre otros.

Protestas y huelgas

Vicent Marzà ha trabajado en silencio mientras los educadores protagonizaban protestas y jornadas de huelgas y paros exigiendo un traspaso de competencias de la Conselleria de Justicia y Función Pública a la de Educación. Y es que si una administración paga las nóminas y otra se encarga de la gestión los procesos de sustitución y cobertura de las plazas, el proceso se alarga. El curso pasado, por ejemplo, el periodo escolar comenzó con falta de educadores en, al menos, 45 colegios de la Comunitat Valenciana. El objetivo ahora es que esta situación no se repita.