Durante la última semana los medios de comunicación no han parado repetir que las lluvias torrenciales que azotaron hace unos días a València, Almería, Murcia, Albacete y Alicante ha sido la más intensa en 140 años. Partiendo de que estas precipitaciones intensas están asociadas frecuentemente a sistemas o trenes convectivos que no siempre se generan con una situación de gota fría o DANA, ¿es cierta la afirmación del principio? Sí y no. Para la Vega Baja probablemente sí, con los más de 500 l/m2 que se recogieron en 4 días y con una crecida del Segura y de sus afluentes que ha tenido como resultado la inundación parcial de la comarca. Sin embargo, no es el episodio más intenso de la historia o en 140 años si nos basamos en datos y en efectos en el territorio. Sin ir más lejos, durante la Pantanada de Tous se estima que cayeron unos 1.000 l/m2 en menos de 24 horas en Casas del Barón y poco después el agua saltó por encima de la presa. En 1973, en algunos pueblos de Almería y Granada se recogieron más de 600 l/m2 en menos de 8 horas (de los cuales, se estima que unos 420 cayeron en 1 hora en Zurgena, en la provincia de Almería). Los ríos-ramblas de la zona llegaron a alcanzar caudales punta de 4.000 m3/s. Solo en Puerto Lumbreras murieron unas 100 personas arrastradas por la ola de agua y lodo en la rambla de Nogalte, donde se hacía el mercadillo. Si nos ponemos exquisitos, cada ciudad o cada comarca tienen sus «gotas frías históricas»: Alicante la de 1997, Xàbia o València 1957, Alcoy en 1986€ Dicho todo esto, me parece triste que todavía se intente achacar al cambio climático o a la excepcionalidad de la situación lo sucedió hace unos días en el sureste. A mí me preocupa más el nuevo fracaso de las canalizaciones y del hormigón, o que algunos de nuestros dirigentes se vayan de fiesta o que anden tonteando con no saber valenciano mientras mucha gente viviendo un infierno. Además de histórica, esta gota fría nos ha dado mucho para reflexionar.