Las noches con temperaturas tropicales, por encima de 20 grados, se han cuadruplicado en las últimas décadas en la Comunitat Valenciana y se ha expandido el periodo en el que es más probable que se produzcan, ya que además de en verano, también se registran en ocasiones en primavera y en otoño.

Prueba de ello fue la madrugada de ayer miércoles, al comienzo del otoño, pues fue cálida en el litoral de la Comunitat Valenciana, con mínimas que llegaron hasta los 24,4 grados y en muchas localidades no bajaron de los 20, registros calificados técnicamente como tropicales.

Según la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), y en el caso de València, mientras que hace 80 años el periodo más probable en el que se registraban noches tropicales en la ciudad transcurría entre el 30 de junio y el 12 de septiembre, ahora se ha expandido al periodo entre el 2 de junio y el 5 de octubre.

Algunas de las mínimas registradas en el tránsito del martes al miércoles fueron 24,4 grados en Miramar, 22,9 en Oliva, 22,4 en Polinyà del Xúquer, 21,7 en Castelló, 21,2 en Torreblanca, 20,5 en Xàtiva, 20,4 en El Altet, 20,3 en Manises, 20,2 en Alicante y 20 grados en Pego. Según Aemet, de madrugada sopló viento y la humedad relativa era baja, lo que favoreció que la sensación térmica no fuera tan agobiante como otras noches con viento en calma y la humedad alta.

Sin bajar de los 20 grados

Con estos últimos registros, en 2019 ya se han registrado 85 noches tropicales en València, 73 en Alicante y 77 en Castelló, según las fuentes, que recuerdan que en climatología se conoce como noche tropical aquella en la que la temperatura mínima no desciende de 20 grados. Además, las fuentes destacan que en las últimas décadas, el número de noches tropicales en el observatorio de València casi se ha cuadruplicado, y en el de Alicante y Castelló se ha triplicado. Además, con el aumento del número de noches tropicales también se ha expandido el periodo en el que es más probable que estas se produzcan, y en el observatorio de Valencia, desde 1938, este periodo se ha expandido 51 días, 28 hacia la primavera y 23 hacia el otoño.

Proteína contra la sequía

Investigadores de la Universitat Politècnica de València y de la Universidad de Málaga han descubierto una nueva función en una proteína de las plantas, la BAG4, que resulta de especial relevancia para el desarrollo de cultivos más resistentes a la sequía. En su estudio, publicado en la revista Plant Physiology, demuestran que esta proteína participa en la regulación de la transpiración de la planta, el transporte de potasio en células oclusivas y, por tanto, la apertura de los estomas, los poros situados en la hoja y por donde la planta transpira.