El Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), la empresa pública dependiente del Ministerio de Fomento, va a elaborar un informe hidrológico del entorno de la vía que, a su paso por la Font de la Figuera, acabó convertida en un río descontrolado durante el episodio de lluvias del 11 al 13 de septiembre, que interrumpió el tráfico del tren València - Alicante.

Un análisis hidrológico en el que se buscará la coordinación con otras Administraciones que también cuentan con infraestructuras en la zona para analizar el funcionamiento de los respectivos drenajes. De este análisis depende la seguridad futura de conexiones tan importantes como la futura línea de alta velocidad València-Alicante, la A-33, pero también la seguridad de la propia ciudadanía de la Font de la Figuera que, como consecuencia de la DANA y presumiblemente agravada por la presencia de todas las infraestructuras que rodean la población, han visto arrasadas alrededor de 150 hectáreas de terreno agrícola.

Adif organizó ayer una visita a las obras de reparación de la vía ferroviaria convencional en la zona que, casi cuatro semanas después de la gota fría, sólo ha podido volver a poner en servicio una de las dos vías del tren València - Alicante, debido a la gravedad de los daños. La infraestructura ferroviaria (construida y puesta hace 25 años) «se construyó para un periodo de retorno de cien años», explicó ayer a pie de obra el subdirector de Operaciones de la red convencional del este de Adif, Fernando Ugena. Pero las precipitaciones de 214,7 mm recogidos en la Font de la Figuera el 12 de septiembre, según datos recogidos por «Meteolafont», superaron todas las previsiones realizadas cuando se construyó esta vía.

La lluvia torrencial ha obligado, según explicaron Ugena y los técnicos de Adif a intervenir en 1,5 km de plataforma, reponer 2 kilómetros de vía, reintroducir 4.000 m3 de balasto que ha debido volver a nivelarse, reparar 800 m de trincheras, reponer taludes, reconstruir caminos de accesos, reparar la catenaria a lo largo de 2-3 kilómetros y reponer la red de cableado y fibra óptica a lo largo de dos kilómetros, además de reinstalar señales, balizas, circuitos de vía y el sistema de comunicación tren-tierra (el sistema analógico de radiotelefonía que comunica a los maquinistas de los trenes de las líneas convencionales con el puesto de mando).

El trabajo ha sido ingente y, desde los días posteriores a las intensas lluvias que afectaron al tren València - Alicante, un equipo de cien personas en tres turnos han trabajado día noche para poner en servicio «primero una vía y, en dos semanas, la otra vía». La continuidad de las obras obliga a circular por este tramo con una limitación de velocidad de 60 kilómetros por hora, «que se irá aumentando poco a poco. La previsión es que el día 10 de octubre ya se pueda circular a 80 km/h». La velocidad habitual en esta sección de ferrocarril convencional es de 200 km/h.

El alcalde de la Font de la Figuera, Vicent Muñoz, aprovechó la visita de los responsables de Adif para acercarse al túnel ubicado al suroeste de la población y reclamar un mayor diálogo con los responsables de la empresa pública. Muñoz lamentó la grave afección que las infraestructuras estan provocando a la Font de la Figuera, sin que ésta consiga el mínimo beneficio de recuperar la estación que perdió. El alcalde lamentó que las infraestructuras han modificado las escorrentías de la zona por lo que las zonas agrícolas se han visto arrasadas por los materiales de Adif arrastrados por el agua a zonas agrícolas de la zona (como una caseta de señalización que ha acabado en el fondo de un barranco). El regidor obtuvo el compromiso de los responsables de Adif de reparar los desperfectos en la Font de la Figuera mientras recuperan la circulación del tren València - Alicante.