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600 años de historia entre espejos

Las Corts Valencianes acoge una exposición en la que repasa la trayectoria de dos instituciones que cumplen más de medio milenio: el Mestre Racional, actual Sindicatura de Comptes, y el Real Arxiu del Regne de València

600 años de historia entre espejos

Si pusiéramos todos los libros del Arxiu del Regne, uno detrás del otro, recorreríamos 19 kilómetros. Es el resultado del trabajo de esta institución que recientemente cumplió 600 años (1419-2019), dedicándose a clasificar y gestionar enormes cantidades de documentos así como fiscalizar las cuentas del reino. En total son diez plantas llenas de documentos que cuentan buena parte de la historia de la Generalitat.

Algunas obras han sido trasladadas recientemente a un lugar privilegiado de las Corts, la sala de los espejos, para ponerlas al alcance del público en una exposición que permanecerá abierta hasta el viernes 13 de diciembre y en la que se podrán consultar, entre otros, el testamento de Ausias March, el decreto de Nueva Planta, la última firma de Miguel de Cervantes o los bancales y caminos de hace más de medio milenio dibujados en cartografías. Una exposición que cuenta la historia de un tiempo pasado, de las acequias y barrancos de las comarcas, de la expulsión de los moriscos y de las arrobas de aceite que dejaron tras de sí. Historias de revueltas sofocadas, como la de los «agermanats» y los bienes que les confiscaron en 1524.

En la sala de los espejos se homenajea a dos instituciones históricas de la Generalitat. La primera es el Arxiu del Regne -la única institución foral que no fue abolida en 1707- y la segunda es la figura del Mestre Racional, que es el antecedente de la actual Sindicatura de Comptes, que creó la Generalitat en 1985. Ambas nacen en unas Corts breves, pero sin duda importantes, celebradas en el palacio episcopal el 28 de agosto de 149 y que finalizaron en septiembre de ese mismo año. El rey Alfons el Magnànim presidió seis sesiones, y fue entonces donde acordó la centralización de todos los procesos del reino en «lo archui nostre, lo qual tenim dins de la ciutat».

Un problema atemporal

La exposición está dividida en tres grandes apartados. El primero sededica a la historia del propio archivo y a sus documentos principales, el segundo a la figura del Mestre Real y, por último, a una serie de documentos llamativos. Uno de estos es el impreso más antiguo de todo el archivo, nada menos del año 1222 y escrito en árabe. Este documento, cuya fibra vegetal está gravemente desgastada por el tiempo, cuenta la historia de un problema tan cotidiano como atemporal. Se trata de una prueba de un juicio en el que se dirimía como debían repartirse el agua del río Palancia -en la Vall d'Uxò- entre dos aldeas.

Además de documentos, el visitante también encontrará mapas, generalmente de varias de las comarcas valencianas. En ellos se representan, con gran nivel de detalle, todos los elementos del paisaje de algunas zonas. Un ejemplo que se sitúa en la exposición es el mapa de Concentaina, en el que se incluyen sus montañas, campos y acequias dibujado en 1778.

También se encuentra un mapa de la Comunitat con todo lujo de detalles, hecho por Tomás López, el entonces geógrafo real, y dirigido para el conde de Floridablanca. Más de cien años antes, en 1618, se dibuja otro plano de la Acequia Real del Júcar, a su paso por las huertas de Alzira y Algemesí. Los mapas, a simple vista, parecen simples e inexactos, pero, según afirman desde el Arxiu del Regne, se empleaban métodos matemáticos y normalmente eran dibujados por arquitectos.

Otro de los atractivos de la exposición es, sin duda, tener la oportunidad de ver la última firma de Miguel de Cervantes. El documento se trata de un testimonio judicial en el que Cervantes realizó un informe como testigo -escrito en valenciano- para después firmar. Desde el archivo afirman que es otra prueba más que apunta a que Cervantes era capaz de entender y -probablemente- hablar en catalán gracias a su etapa como prisionero en Alger en la que convivió con marineros mallorquines, catalanes y valencianos de la corona de Aragón.

Fiscalizar los ingresos

La exposición cuenta la historia de una institución que no solo ha supuesto un archivo para la ciudad de València, sino también una entidad dedicada a fiscaliar las cuentas del patrimonio real, una manera de fiscalizar los ingresos. Por ello era una institución tremendamente valorada por la realeza.

En concreto, la exposición acoge dos documentos que ayudan a justificar esta característica. El primero se trata de los bienes confiscados a «los moriscos» de la ciudad de Xàtiva en el año 1611 en el que se incluyen, directamente, los nombres propios de los afectados como Jayme Sánchez, Mateo Negre o Vicente Martínez.

Otra de las tareas de estas instituciones era la de archivo al servicio de la ciudadanía donde los ciudadanos podían acudir para adquirir copias de documentos. La principal justificación para su creación es, de hecho, la necesidad de que los ciudadanos valencianos no se tuvieran que desplazar hasta la ciudad de Barcelona.

Hoy en día, según explica el propio director del Arxiu, Francesc Torres Faus, la institución está inmersa en un largo proceso de digitalización de todos los documentos. Este trabajo tiene el objetivo de hacer posible que cualquier persona pueda consultar los documentos del archivo a cualquier hora, aunque sobre todo se pretende preservar las obras antiguas lo máximo posible y conseguir que los investigadores no consulten la obra original, sino su copia digital.

Familias centenarias

El cargo de Mestre Racional -actual Síndic de Comptes- tiene una posición importante en la exposición de las Corts. La institución se creó por primera vez por Pere el Gran en 1283 con la finalidad de fiscalizar a todas las instituciones de la monarquía y controlar sus gastos e ingresos. En un primer momento se nombó un Mestre Racinal para toda la corona, pero rápidamente se nombró uno en cada reino.

El oficio ha estado ocupado por muchas personas a lo largo de la historia. El primero fue Berenguer Minguet (1419-1435), al que le siguió Pere Feliu (1436-1441) hasta llegar a la familia de Joan Ram Escrivá, una saga que ocupó la tarea de fiscalzar los ingresos de la realeza durante más de dos siglos, pasando el cargo de padres a hijos. Varias mujeres, como Rosa Rodríguez Troncoso (1955-1976) o Desamparados Pérez Pérez (1976-1990) también ocuparon el puesto de directoras.

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