Compromís ha hecho públicas las respuestas de los ayuntamientos interpelados por el senador de la coalición, Carles Mulet, para eliminar de su municipio las referencias franquistas aún evidentes. Así, cinco de ellos han puesto trabas al cambio de nombre o retirada de monumento y, en todo caso, han accedido, pero con matices.

Es el caso de Cervera del Maestre, en Castelló, donde aún descansa una Cruz de los Caídos. El pleno del ayuntamiento decidió conservarla «de forma íntegra» pero encargar a una empresa especializada paneles en piedra similar a la original para tapar los vestigios franquistas como el yugo y las flechas, la cruz de Borgoña y el escudo de España con el águila de San Juan.

Una eliminación «parcial» que podría subsanar la infracción de la ley de Memoria Histórica que busca erradicar cualquier simbología que enaltezca la Guerra Civil o la dictadura franquista.

En la recopilación de respuestas municipales hecha por la coalición, Villahermosa del Río asegura que no existe una cruz franquista en su iglesia contra el criterio de Compromís, que mantiene que sí que figura en la fachada. En el caso de Almenara, no quitará el monolito franquista porque no está en su término municipal, alegan.

Según consta en el archivo de Compromís, Llucena del Cid no retiraría la placa de la Iglesia de la Asunción, aunque más tarde se subsanó con un acuerdo plenario. En la recopilación hecha por Mulet, Pilar de la Horadada mantendrá la vía Calvo Sotelo en su callejero porque, a día de hoy, sigue dada de alta y no consta ninguna comunicación al Instituto Nacional de Estadística anunciando el cambio de nomenclatura. Lo mismo en Benidorm: la calle Capitán Cortés se mantendrá así porque, según dicta el consistorio, «no hay ninguna referencia a la fecha de aprobación de la denominación de la vía en cuestión».

En este sentido, existe cierto conflicto con ambas denominaciones. En el caso de Algemesí, por ejemplo, no cambiarán el nombre de la calle Capitán Cortés porque está acreditado que se refiere a Hernán Cortes, como así señala la fecha de nacimiento y muerte del conquistador. En el caso de Bolbaite, el ayuntamiento estudiará a quién de los dos personajes históricos se refiere su calle: si a José Calvo Sotelo, el ministro durante la dictadura de José Antonio Primo de Rivera, o a Leopoldo Calvo Sotelo, segundo presidente del Gobierno tras la dictadura franquista.

Más casos de simbología franquista

Otros casos, como Cinctorres o El Toro, tendrán que hacer las consultas pertinentes y solicitar permiso de retirada a la Iglesia que aún guarda el recuerdo. Así consta en la base de datos de Compromís, que al arrancar la campaña en 2017 también se dirigió a los obispos para que colaboraran en la identificación y retirada de placas y cruces de la dictadura. En el caso de Rafelbunyol, donde aún figura la placa en recuerdo a 39 fallecidos en la iglesia de San Antonio Abad, el Tribunal Superior de Justicia de la C. Valenciana avaló al consistorio para retirarla pese a los recursos interpuestos por los familiares de las personas que recuerda la placa.

El debate en torno a la simbología franquista en los municipios aún sigue vivo. Pese a que Chelva no aparece en el archivo del INE, en las redes sociales los vecinos se enfrentaron a costa de la significación de una gran cruz a la entrada de la iglesia. Algunos aseguran que se trata de una Cruz de los Caídos pese a que no consta ninguna placa en su exterior, como explican desde el ayuntamiento, por lo que «no hay motivos» para retirarla.

Según recuerda Mulet, se han rebautizado más de 2.000 calles y plazas con nombres como Queipo de Llano, General Mola, Millán-Astray, José Antonio Primo de Rivera, 18 de Julio o del Generalísimo.