La masa de aire tropical que ha llegado esta semana a la Comunitat Valenciana, producto del anticiclón de las Azores, ha provocado que se esté viviendo una semana más típica de la primavera y con temperaturas entre tres y cinco grados por encima de las habituales de finales de noviembre, cuando lo normal son máximas de 17 grados en la franja costera. Ayer, en ciudades como València y Alicante se superaron los 24 grados. Un ascenso térmico directamente relacionado con la emergencia climática que provoca que en tan solo una semana se pase de sufrir los rigores del aire Ártico a viento tropical y de poniente. Una coyuntura que no solo altera el propio ciclo vital de las plantas, sino que aumenta la evaporación en un territorio marcado por la sequía, el principal problema medioambiental. Y todo, pese a que 2019 ha sido excepcionalmente lluvioso, aunque por causas dramáticas como la gota fría (DANA) que sacudió en septiembre la Costera y la Vega Baja.
Según Jorge Olcina, director del Laboratorio de Climatología de la Universitat de Alicante, la situación que tenemos esta semana es consecuencia del anticiclón de Azores con la masa tropical que le acompaña. Además, los vientos tienen una componente de poniente, lo que provoca que las temperaturas sean primaverales. «Se espera que esta situación dure toda la semana, con máximas por encima de 22º y mínimas que en la costa no bajarán de 12º. Estamos entre 3 y 5º por encima de los registros normales para finales de noviembre».
Estos cambios bruscos de temperatura (pasamos de estar bajo la influencia del aire polar hace unos días, al aire tropical de ahora) son una muestra, según Olcina, de los cambios en la circulación atmosférica que está ocasionando el proceso de calentamiento del planeta. Una atmósfera más cálida mueve con mayor rapidez las masas de aire, provocando cambios bruscos en el tiempo. Y el proceso de calentamiento va a seguir en las próximas décadas, advierte el experto
