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Entrevista

Salvador Navarro: "Aconsejo a Puig paciencia con la derecha y firmeza con la izquierda"

El líder de la patronal repasa la situación política y rechaza que el Ministerio de Trabajo acabe en manos de Podemos: «Es extrema izquierda en cuestiones empresariales»

Salvador Navarro: "Aconsejo a Puig paciencia con la derecha y firmeza con la izquierda"

Nueve de la mañana. Viernes. Salvador Navarro, empresario del sector logístico, está hoy en su otro despacho, amplio y con diferentes estancias, en la sede de la CEV en València. Mientras contesta, con voz pausada pero firme, le guarda las espaldas el retrato de José María Jiménez de Laiglesia. Delante, el suyo, con unos años menos. Sobre la mesa, unos folios con anotaciones y un cortado descafeinado.

¿Le gusta un gobierno de PSOE y Unidas Podemos con la abstención de Esquerra Republicana Catalana (ERC)?

¿A cambio de algo? [sonríe]

¿Qué pediría?

Nos gusta un gobierno moderado, con visión a largo plazo y de Estado. Este país tiene grandes problemas y retos. Uno de ellos son las pensiones, conseguir que el sistema sea capaz de seguir beneficiando a todos aquellos que han contribuido. Otro es el sistema de financiación autonómica. Y los dos grandes partidos que lo pueden conseguir son PSOE y PP. A partir de ahí, el gobierno nos gustará o no, pero lo aceptamos democráticamente. Lo que nos preocupa es que algunos ministerios estén en manos de gente que si lees el programa electoral está en otra visión.

Les preocupa que estén en manos de Podemos, quiere decir, ¿no?

Claro. Nos preocupa el Ministerio de Trabajo, por mucho que se le quite la Seguridad Social y se bloquee la reforma laboral. Una investidura con la abstención del PP tampoco era un gobierno estable a largo plazo, pero un gobierno con ERC, PNV, Coalición Canaria y Errejón al final es una amalgama de necesidades territoriales que no cubren la visión de Estado.

¿Un gobierno moderado como el que dice no es un gobierno de izquierdas?

No es que sea de izquierdas o derechas. Lo que la gente quiere es soluciones a los problemas, porque tenemos la sensación de que ningún partido se centra en solucionar los problemas de esta sociedad, sino en solucionar los suyos a corto plazo y sus intereses partidistas. Dicho esto, tenemos una responsabilidad también los empresarios, que hemos de ser una parte proactiva en plantear problemas y soluciones a los gobiernos.

¿Quiere decir que deben tener más protagonismo social?

Por supuesto, pero no solo los empresarios, la sociedad civil. Las patronales hemos estado demasiado volcadas en los gobiernos vía subvenciones, hemos estado subvencionadas y eso te hace ser menos independiente.

Alguna ayuda reciben aún.

Sí, pero hoy tenemos una organización que se acerca al 35 % de peso público en sus ingresos, cuando en 2015 estaba en torno al 90 %. Nuestra política es que si quieres café te lo pagas. Y los empresarios debemos pagar organizaciones independientes. Pero hay un componente de agente social y ahí tiene que haber ayuda.

¿Y más protagonismo, para qué?

Como sociedad en general, hemos estado adormecidos. Hemos dejado que la situación la dominen los políticos. Tenemos un ejemplo: podíamos tener un gobierno moderado desde hace año y medio, de PSOE y Ciudadanos, con 180 diputados. No ha ocurrido así, alguien se equivocó en Cs y hoy no está.

Antonio Garamendi [presidente de la CEOE] se declara partidario de una gran coalición. ¿Usted también?

Eso sería lo más estable para el país. ¿Pero es lo más realista? Me parece que no se está en esa labor. Casado o el propio Aznar dijeron algo así como que pactaban con el PSOE si Pedro Sánchez se iba. Seamos sensatos. Sánchez, guste o no, ha ganado las elecciones. Si estamos pidiendo moderación, no podemos poner condiciones. Lo que queremos es estabilidad.

Es vicepresidente de la CEOE, ¿ha planteado allí la experiencia del Botànic? Lo digo porque algún dirigente empresarial cree que unas terceras elecciones son preferibles a que Podemos esté en el Gobierno.

Lo hemos hecho. Algunos vicepresidentes trasladaban que esto se hunde y nosotros y algún otro presidente territorial dijimos que no podíamos salir con ese mensaje, y Garamendi estaba de acuerdo, porque la prima de riesgo iba a subir 100 puntos.

La patronal alza la voz de alerta ante Podemos en ministerios, pero no se le escucha sobre la extrema derecha. ¿Le preocupa?

De Podemos no hemos dado la voz de alarma en el gobierno autonómico, pero no es lo mismo un Ministerio de Trabajo. ¿Vox? Lo tenemos claro. Es un partido que está en las Corts y es constitucionalista.

¿Constitucionalista?

En el sentido de que tiene representación parlamentaria y está legalizado. A mí no me gustan los extremos, ni por un lado ni por otro.

¿Podemos es extrema izquierda, quiere decir?

En momentos determinados, indudablemente. En cuestiones empresariales es extrema izquierda.

¿Y la patronal es de derechas?

Ha demostrado a lo largo de estos años que no es de derechas. No es normal que una patronal vaya a una manifestación convocada por los sindicatos y en contra de un gobierno de derechas, porque no valoramos el color, sino si lo hacen bien o mal. Montoro tuvo una manifestación y, si es necesario, Montero tendrá otra. Otra cosa es que los políticos se deben acostumbrar a que los empresarios hablemos, les guste o no, porque hemos hecho dejación de nuestras funciones. Al final, en este país una minoría que hace ruido hace que la mayoría estemos callados, que en parte es lo que está sucediendo en Cataluña.

¿El Botànic II resulta más preocupante que el Botànic I?

Bastante más. Veo muchas deslealtades entre los socios de Gobierno. En los cuatro años anteriores, los empresarios teníamos ciertas cautelas, pero la imagen de la C. Valenciana se ha regenerado, mejoró la estabilidad política y social, se ha conseguido bajar los índices de desempleo, aunque siguen siendo altos y se ha generado economía, aunque hay que mejorar los desequilibrios sociales. Hay que subir los salarios, porque la mejora de la economía tiene que ser para todos, no solo para unos pocos.

Eso último es, sin embargo, lo que está pasando, según los indicadores macroeconómicos, que hablan de una mayor concentración de la riqueza.

Por eso digo que hay que trabajar. Tenemos desequilibrios, aparte de la financiación autonómica, que también es importante, porque afecta a todo: el Consell es de los que menos invierte en políticas de empleo, porque está destinando ese dinero (y lo comprendemos) a sanidad, educación y bienestar social. Es importante la financiación, pero para mí es mucho más la compensación de la deuda.

Llegaremos. Antes, ¿cree que hay voluntad de Compromís de romper costuras en el Consell y desmarcarse?

No lo sé, pero en ocasiones te lo puedes plantear.

Y qué aconsejaría a Puig, de presidente a presidente, en una situación como esta?

Él es el que tiene todas las claves. Yo creo que está aplicando la política que mejor sabe hacer, que es calmar las aguas, tranquilizar y solucionar los problemas que surgen en las distintas conselleries, aunque el Palau no puede ser la herramienta donde solventar diferencias. Es como el tema de la Consellería de Innovación. Si al final se ha creado y en Alicante, hay que darle todas las armas con todas sus consecuencias. Eso es descentralizar.

Hablábamos de deslealtades botánicas.

Nos llegan no todos los días, pero casi todos. No soy quien para dar consejos al president, pero diría que paciencia con la derecha y firmeza con la izquierda. Quiero decir que no se puede ceder.

Por algo en concreto?

La V21 es una infraestructura planteada hace muchos años y la ampliación del puerto de València está desde 2007. Firmeza me refiero a eso.

¿Y en una situación de gobiernos débiles, nos podemos ir olvidando de una nueva financiación autonómica?

El gran fracaso de la C. Valenciana han sido nuestros políticos. Con nuestra parte de responsabilidad, porque esta comunidad ha acostumbrado a los ministros a venir a plaza ganada. No somos contestatarios y no tenemos una estrategia de comunidad a corto, medio o largo plazo. Tenía expectativas con Compromís a nivel nacional y ha hecho concesiones gratuitas. Espero que en la investidura de Sánchez, si la hay, se apoye en la solución de la financiación autonómica y no en la paralización del puerto.

¿Hay que pasar pantalla de la financiación autonómica y poner la presión en una solución a la deuda y en mejoras transitorias?

Sí, pero no debemos olvidar que ha habido un cambio importante: el PP tiene Andalucía y está necesitado también de una solución a la financiación autonómica. Por tanto, puede ser un aliado. Pero estoy de acuerdo en que hemos de trabajar mientras tanto la solución.

¿El Consell mantiene la reivindicación al mismo nivel que antes de que gobernara Sánchez?

Estamos en la mesa de financiación y no hemos visto ninguna variación. Parece que hemos dejado de presionar, pero es que no hay un gobierno estable. Ha habido quince meses, pero vegetando para llegar a las elecciones. Cuando haya un gobierno tendremos que tomar otra estrategia.

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