¿Por qué dirigiría À Punt?
Comencé a trabajar en RTVV cuando empezaba el proyecto a finales 1988 y prácticamente estuve hasta el final en labores de programación y producción, muy vinculado a un proyecto ilusionante en el que siempre he creído. Puedo aportar una óptica dual desde la experiencia que he desarrollado en otros ámbitos: he sido asesor de Administraciones públicas, consultor de comunicación y productor en la empresa privada.
¿Cómo ha de ser la televisión pública valenciana en 2020?
Se ha producido una revolución y ahora los medios digitales llegan a todo el mundo y al instante. Hay que avanzar mucho para lograr una audiencia significativa y un reconocimiento social que garantice esa transformación y haga de los medios públicos valencianos una referencia a todos los niveles, con la importante misión de acabar de asentar al valenciano como lengua propia en la comunicación.
¿Falta presupuesto?
Los recursos disponibles son limitados, pero suficientes. Lo que hace falta es una gestión adecuada.
¿Y qué falla entonces?
Hay que reconocer el esfuerzo de la dirección, el consejo rector y los trabajadores del nuevo proyecto. Es muy duro levantar nuevamente unos medios públicos, sobre todo después de un final tan abrupto. Pero hay motivos para la crítica. No hubo un esfuerzo suficiente de implantación y popularización de la nueva marca y de la TV. Me sorprende conocer a personas representativas que no la han sintonizado nunca ni saben de qué va la programación. Se necesita un relanzamiento de la marca y del proyecto. Hay que procurar que los medios públicos sean útiles para la sociedad. Que recojan la diversidad de la C. Valenciana y promuevan la participación social y la pluralidad de expresiones.
¿Es suficiente el impulso que se da al sector audiovisual?
Ha habido muchos altibajos. La gestión de recursos disponibles ha adolecido de cierta falta de planificación: hubo una etapa inicial donde se impulsó mucho el sector pero ha ido decayendo. Lo que hay que hacer sobre todo es planificar bien la colaboración entre medios públicos y sector privado. Una asignatura pendiente es generar productos con capacidad para ser exportados al mercado global.
¿Qué propuestas plantea en el ámbito informativo?
Deberíamos dar un impulso muy importante a las retransmisiones desde diversas partes del territorio, descentralizando la fuente de contenidos para que en todos los territorios sientan que esta televisión es la suya. También habría que combinar formatos convencionales con otros más actuales adaptados al entorno digital y multiplataforma, como resúmenes informativos muy ágiles que atraigan a una audiencia joven difícil de llevar a la pantalla convencional.
¿Cómo aumentar los ingresos?
Ha de ser prioritario conseguir más colaboración de empresas y anunciantes. Los cambios en el panorama comunicativo han reducido la publicidad, pero hay que intentar formar una estructura de comercialización que busque más allá de grandes anunciantes convencionales.
