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El jurado exculpó a los acusados de matar al alcalde de Polop al no creer al testigo

El tribunal popular valoró las contradicciones en el relato del confidente en sus declaraciones y la falta de pruebas que vincularan a los presuntos autores materiales con la escena del crimen

Acusaciones y defensas con los acusados sentados detrás en la última sesión del juicio por el asesinato. álex domínguez

La falta de credibilidad para el jurado del testigo protegido determinó el veredicto de no culpabilidad de los siete acusados del asesinato de Alejandro Ponsoda, según ha podido confirmar este diario. El tribunal popular no ha considerado que existan pruebas o hechos que corroboren el relato de este confidente y también ha valorado que a lo largo de sus comparecencias ante las Fuerzas de Seguridad y ante los juzgados ha dado versiones contradictorias. Del mismo modo, tampoco se han encontrado ni testigos, ni vestigios que acreditaran la presencia de los acusados en la escena del crimen.

La Audiencia de Alicante vivió el pasado martes el desenlace del juicio con jurado popular por el asesinato del alcalde de Polop. Alejandro Ponsoda murió a los pocos días de recibir un disparo en la cabeza la noche del 19 de octubre de 2007 cuando se disponía a entrar con su coche en el garaje de su casa en la pedanía de Xirles. La investigación de la Guardia Civil apuntaba a un crimen por encargo y situaba en el centro de sus sospechas a Juan Cano, sucesor de Ponsoda en la alcaldía de Polop.

Las acusaciones sostenían que Cano con la mediación del empresario Salvador Ros y del propietario y el gerente del club de alterne Mesalina, Pedro Hermosilla y Ariel Gatto respectivamente, habría contactado con el español Raúl Montero y los checos Radim Rakowski y Robert Franek para que perpetraran el asesinato. Todos ellos han sido absueltos por la magistrada Cristina Costa, que ha presidido el tribunal del jurado, después del veredicto exculpatorio alcanzado por el tribunal popular el martes por la tarde, tras poco más de 24 horas de deliberación.

Los acusados llevan 10 años defendiendo su inocencia y asegurando que no tienen nada que ver con la muerte a tiros de Ponsoda. La base en la que se apoyaba todo el caso era la declaración de un testigo protegido que trabajó como portero en el club y que sostenía que le ofrecieron durante el verano de 2007 cometer el asesinato del alcalde de Polop por 35.000 euros. Las defensas sostenían que este relato era una invención y que el testigo protegido ni siquiera trabajaba en el club en aquellas fechas, ya que fue contratado un año después.

Un asesinato por 35.000 euros

El jurado no ha creído al testigo e incide en las versiones contradictorias que ha venido prestando en cada una de sus comparecencias. En la primera de ellas, aseguró que lo que sabía del asesinato era por una conversación que había escuchado en el club en la que se hablaba de matar a un alcalde. Ya es en los siguientes interrogatorios cuando admite que el crimen se lo propusieron a él por 35.000 euros.

En esa reunión habla de una mujer rubia y sitúa a otro de los dueños del club de alterne, Pedro Téllez. Sin embargo, la Guardia Civil comprobó que Téllez difícilmente pudo haber estado en esa reunión porque en aquellos meses se encontraba ingresado en coma en un hospital como consecuencia de haber sufrido un golpe en la cabeza. En siguientes declaraciones, cambió a Téllez por Hermosilla, el otro dueño del prostíbulo.

También ha habido contradicciones en la supuesta participación de las personas a las que señaló como autores materiales. En el juicio dijo que había dado a los conspiradores para cometer el crimen los nombres de Montero y de los dos checos, pero que no sabía si realmente llegaron a ser ellos quienes mataron a Ponsoda. Sin embargo, en el juzgado aseguró que llegó a ver una reunión de los acusados en la sala vip del Mesalina después de que él hubiera rechazado la oferta.

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