Tres semanas. Ese el plazo a partir del cual los problemas van a crecer exponencialmente para los empresarios que tienen vínculos comerciales con China como consecuencia de los estragos que está causando el coronavirus, según coincidieron ayer la patronal autonómica CEV y la Cámara de Comercio de València. Por esta última, José Vicente Morata aseguró a este diario que hay ya importadores valencianos a los que no les han cargado producto en los barcos desde el gigante asiático, motivo por el cual «en tres semanas tendrán problemas para suministrar producto». Desde la CEV apuntan que, por ahora, «no se está notando en las importaciones y exportaciones que llegan o salen del Puerto» de València.
Ahora bien, además del período de año nuevo, China ha prolongado las vacaciones una semana más, «con lo que se calcula que la parada en la producción sí que afecte a las empresas de la Comunitat Valenciana. No obstante, los principales efectos empezarán a verse en tres semanas, dado que hasta ahora el stock de seguridad estaba asegurado». En este sentido, Morata destacó la preocupación que hay en el automóvil, dependiente de piezas fabricadas en China, y añadió que, si el coronavirus «se alarga en el tiempo, tenemos un problema gordo para los suministros y el comercio internacional»
La organización que preside Salvador Navarro sí ha detectado un impacto en el sector turístico, donde «no hay salidas hacia China ni al contrario». Otro efecto es el sobrevenido a «empresas que tenían planificadas presentaciones de productos en China que se han paralizado, con las pérdidas que esto supone».
