El nuevo coronavirus SARS-CoV-2 apenas lleva dos meses «oficialmente» entre los humanos después de que haya saltado desde la cadena animal, por lo que las certezas en torno a cómo es y cómo se va a comportar en un cuerpo humano son, todavía, muy limitadas. Una de la hipótesis sobre las que trabajan los expertos es cómo se va a comportar con el cambio de estación y si su transmisión decaerá con la llegada del buen tiempo como lo hace, por ejemplo, la gripe.

Así lo explica el catedrático de Microbiología de la Universitat de València, David Navarro, que explica que hay otro tipo de coronavirus que son «razonablemente estacionales» y, si este nuevo microorganismo imitara este comportamiento «sería posible pensar que puede ser estacional» y decaer con el cambio de temperaturas. Aún así, para Navarro no hay certezas y también existen otros virus de estas características a los que, el cambio de estación, afecta menos en su transmisibilidad. «Ahí tenemos los virus que provocan el resfriado común. En época de frío los tenemos con mayor frecuencia pero en otras épocas también circulan aunque de forma más esporádica. De ahí que por ahora solo podemos decir que es probable pero no podemos asegurarlo», explica.

Capacidad de mutar

Y es que, por ahora, el conocimiento del SARS-CoV-2 es todavía limitado. Otra de las preguntas de los microbiólogos e infectólogos con respecto al comportamiento del nuevo microorganismo es sobre su mutagenicidad, es decir, la capacidad que tiene el virus de mutar para adaptarse. Comparado con el virus de la gripe -que todas las temporadas muta y obliga a adaptar a contrarreloj la vacuna- «parece que tiene menos capacidad mutagénica lo que es relativamente bueno aunque tampoco hay certezas totales», concluye.