El Valencia CF ya conoce la postura de la UEFA sobre la decisión de celebrar el partido de vuelta de los octavos de final de la Champions League contra los italianos de la Atalanta a puerta cerrada, tal como decretó la Conselleria de Sanitat en la tarde del martes y ratificó ayer la propia consellera Ana Barceló, que la decisión era «definitiva e irrevocable» por criterios de «salud pública». La UEFA, organizadora de la competición, apoyaba al club en su esfuerzo por encontrar alguna solución alternativa al cierre, pero trasladó al club que no tomará ninguna decisión que sea contraria a lo que dicten las autoridades sanitarias tanto locales como nacionales.

Desde la organización que preside Aleksander Ceferin se produjeron conversaciones con el club en las últimas horas, en las que se debatió sobre la postura expresada tanto por el ministerio como por la conselleria, ambas en la dirección de que el partido entre Valencia CF y Atalanta se jugara sin aficionados en las gradas por el riesgo de contagio del coronavirus.

El club trasladó a la UEFA la propuesta que había remitido a las autoridades gubernamentales de que el partido se disputara permitiendo asistir solo a los aficionados que tienen el abono de temporada. Barceló reconoció que el Valencia CF remitió un escrito en la mañana de ayer diciendo que garantizaban el control de los aficionados.

La Agrupació de Penyes Valencianistes expresó su «disconformidad» con la decisión de que se juegue a puerta cerrada el encuentro del 10 de marzo como medida contra la expansión del coronavirus, y planteó que solo pueden entrar los socios valencianistas al estadio.

«Pese a que estamos de acuerdo en tomar medidas para evitar contagios, antes que cerrar un estadio de fútbol deberían plantearse muchas otras medidas, cancelar vuelos, controlar más la llegada de personas de zonas de riesgo», afirma el comunicado.