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Viaje en autobús por la Chiapas del narcotráfico para volver a casa

Un grupo de quince valencianos tarda 51 horas en regresar de Guatemala al tener que atravesar México

Cincuenta y una horas de trayecto han tardado un grupo de quince valencianos en regresar a casa desde Guatemala. Se vieron forzados, además, a cubrir con cuatro furgonetas el trayecto hasta la frontera mejicana, y después salvar la distancia hasta Tutxla en autobús. Atravesando Chiapas, el corazón del narcotráfico, por una carretera plagada de controles, policía, ejército, seguridad privada y badenes «antifuga».

Habían iniciado el viaje a América Central mucho antes de que se decretara el estado de alarma, pero los acontecimientos se precipitaron a partir de la decisión del gobierno. Se disparó también el temor. «Ha sido una odisea plagada de nervios, con el miedo a tener que pasar la cuarentena en un hotel en el extranjero», relata Francesc Baixauli, de Esplai Viatges.

Un diluvio monumental y un fuerte temblor de tierra que les pilló en Tutxla, donde debían subirse a un vuelo que les trasladara hasta el aeropuerto de México DF, añadió nervios y tensión a una expedición formada por numerosos pensionistas. Por el camino, «rescataron» a un matrimonio portugués y a otro catalán, que habían viajado por libre. «No podíamos dejarlos tirados a su suerte», comenta. Varias figuras son fundamentales para que la historia acabe bien, como Ricardo González, del consulado de Guatemala. Pero también Freddy, Oswaldo, Luis o Ericka. En este tipo de situaciones aflora lo mejor, pero también lo peor. Se refiere a Iberia. Privatizada y fusionada con British Airways, «ha demostrado que se mueve por criterios neoliberales». «En el vuelo de regreso muchos asientos iban vacíos en turista pero no en primera, donde cobraban a 6.000 euros el billete, dejando a gente en tierra aludiendo motivos de seguridad», denuncia.

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