Al aprobar medidas más duras de confinamiento contra el coronavirus, el Gobierno alegó que el objetivo era ayudar al sistema sanitario, especialmente a las UCI, que esta semana o a inicios de la próxima previsiblemente superarán su tope de ocupación. De hecho, según el Ministerio de Sanidad, en seis autonomías estas unidades para los pacientes en estado crítico están «al límite de su capacidad» o cercano a él. Es el caso de la Comunidad de Madrid o Cataluña, que para hacer frente a esta emergencia están habilitando a todo correr hospitales de campaña y camas UCI donde antes había otras instalaciones. Asimismo, se está trasladando material como respiradores de algunas autonomías menos saturadas a otras. Y Sanidad «valora el posible» traslado de pacientes de unas regiones a otras, según la jefa de área del centro de emergencias sanitarias, María José Sierra, que ayer sustituyó en la habitual rueda de prensa a Fernando Simón, contagiado de la enfermedad.

Según el balance diario del Gobierno, hay 5.231 pacientes en las unidades para críticos, 324 más que el día anterior. Además, por primera vez los ingresados en UCI catalanas (1.512) superan a los de Madrid (1.460), donde se agravó antes la epidemia. El recuento indica que España, con 85.195 infectados, es ya el tercer país en número de contagiados, tras superar ayer a China, que según las cifras oficiales tiene unos 82.000 casos, y situarse por detrás de Italia (con más de 97.000) y EE UU (con más de 143.000).

Reducción del incremento

Si bien, pese a alcanzar este amargo podio, las medidas de confinamiento parecen estar dando su fruto. Por quinto día consecutivo, el incremento porcentual de nuevos positivos se redujo, al pasar de un aumento el día 25 de marzo del 20 % hasta un 8 % este lunes. En términos absolutos, España aún está lejísimos de alcanzar la meta de no tener nuevos contagiados, pero los 6.398 casos en las últimas 24 horas es la cifra más baja desde hace seis días.

Según el ministro de Sanidad Salvador Illa, los datos indican que España «si no está en el pico de contagios, está cerca de él». Aunque reconoció que hay que evaluar la estadística «con muchísima precaución», dado que hay retrasos en las notificaciones -especialmente durante los fines de semana- y no se contabilizan los casos leves y en tratamiento domiciliario por la falta de mecanismos de detección.

A este respecto, el ministro informó de la llegada de una nueva partida de test rápidos desde China en la jornada de ayer, que serán validados para comprobar que no son defectuosos con el primer lote, con la vista puesta en empezar las pruebas para detectar coronavirus también a los enfermos con síntomas leves.

Por su parte, la jefa de área del centro de emergencias sanitarias explicó que el día 25 de marzo se produjo un «cambio de tendencia». Así, desde el 15 al 25 de marzo el incremento medio de nuevos positivos fue del 20 % y desde ese día es de un 12 %.

Pese a la ralentización, el coronavirus sigue arrebatando cada día cientos de vidas. Es la parte más dura de la estadística. En las últimas 24 horas el número de fallecidos ha ascendido hasta los 7.340 decesos, 812 más que el domingo, lo que supone una subida menor de la registrada ese día (con 838 muertos) y el sábado (con 832). Como con los contagiados, puede haber cierto desfase en los datos.

Y la complicada situación sanitaria empeora debido al alto número de profesionales sanitarios contagiados. Ya hay 12.298 infectados y aunque en torno al 85 % tiene síntomas leves, la enfermedad les obliga a aislarse y no trabajar al menos durante 14 días, lo que reduce la capacidad de atención en centros de salud y hospitales ya de por sí saturados.

En el lado más positivo, el número de personas curadas supone ya el 20 % de los infectados, un total de 16.780 personas.