La pandemia del coronavirus ha evitado entrar en matadero a muchos corderos. Abril y mayo representan el 80% de las ventas para gran parte de los ganaderos del sector ovino de toda Europa, entre otras razones por la concentración de celebraciones o reuniones familiares en un período que coincide con la Semana Santa cristiana, la Pascua judía o el Ramadán musulmán.
Antonio Miguel Álvaro lamenta que el 'efecto coronavirus' haya reducido a casi cero el consumo de cordero en estos pasados días festivos. Él es proveedor de una industria de Teruel y su principal cliente le ha reducido los pedidos este ejercicio. ¿Qué hacer? El ganadero reconoce que «antes, con la venta de lana, se sacaba el jornal y era un buen negocio pero ahora solo sirve para salvar parte de los gastos del esquileo». En la actualidad se importa desde el mercado chino.
Y aunque el ministro Planas recomiende estos días un mayor consumo de carne de cordero las ventas no repuntan. Sí crecen la de pollo y cerdo, cuyos precios son más bajos, y por tanto el sector ovino no levanta cabeza. Registran caídas de un 90 % respecto al año anterior, según Asaja.
Eso se nota en comarcas de interior de Castelló que concentran el mayor número de explotaciones ganaderas de ovino, caprino y vacuno de carne de la C. Valenciana. Por eso las organizaciones profesionales Unió de Llauradors i Ramaders y AVA-Asaja reclaman al Ejecutivo central ayudas urgentes y rebajas fiscales para garantizar la supervivencia de un sector que también ha entrado en la UCI. Los ganaderos , frente al resto de eslabones de la cadena comercial, son los más damnificados de esta crisis al no encontrar compradores para los corderos, cabritos y carne de vacuno así como para la leche y los productos lácteos.
Con lonjas cerradas y las exportaciones paralizadas las industrias combaten la crisis con algunas iniciativas comerciales como la de llevar sus productos al domicilio de los clientes.
