Caixa Ontinyent es la única caja valenciana que salió indemne de la crisis inmobiliaria y financiera de 2008 „y una de las dos supervivientes estatales„, y lo hizo aferrándose a la prudencia, a su carácter social y la vinculación al territorio. Una receta de éxito que ahora repite ante la crisis sanitaria por la covid-19. «Caixa Ontinyent es una entidad social por sí misma. Vivimos ligados a un territorio y revertimos los beneficios en la sociedad», explica Vicent Ortiz, portavoz y jefe de Secretaría y Obra Social de la caja, quien subraya que «la finalidad no es obtener beneficios, eso es el medio para que la caja contribuya a que la sociedad avance, crezca. Esa filosofía „añade„ nos hizo sobrevivir en 2008, y ahora la aplicamos de nuevo».
La caja valenciana no se ha puesto de perfil ante las consecuencias del coronavirus, que ha sumido en la incertidumbre y preocupación a empresas, autónomos, comercios y ciudadanos en general. Caixa Ontinyent ha emergido para ofrecer a sus clientes el aplazamiento del pago de préstamos (entre 6 y 12 meses); ha lanzado una línea de créditos personalizados para pymes, autónomos y empresas; y se ha adherido a la línea de avales ICO del Gobierno de España. Una línea que primero concedió a Caixa Ontinyent 5 millones de euros, y que en un segundo tramo le ha aumentado la dotación hasta los 14 millones, con lo que podrá concertar operaciones por 17 millones de euros, avalando el ICO el 80 %. Pese al aumento, la línea asignada a la caja no cubrirá las elevadas peticiones recibidas, que «en apenas una semana tuvimos el doble de demanda». La entidad financiera ya ha asegurado que «atenderemos todas las solicitudes, las que podamos cubrir con avales del ICO y las que no, y todas con las mismas condiciones», asegura Ortiz.
Otras medidas de Caixa Ontinyent han sido la eliminación de los costes de mantenimiento de los terminales de puntos de venta a los comercios; la ampliación a 50 euros del límite de dinero en operaciones con tarjeta; y no cobra comisiones por la retirada de efectivo en sus cajeros, mientras dure el estado de alarma. La caja también ha avanzado el pago de las pensiones, con turnos a los que la cobren en ventanilla; y ha avanzado el pago de las prestaciones por desempleo. Unas medidas que, según el jefe de Secretaría y Obra Social, persiguen que «la carga financiera no sea un obstáculo para las familias» durante la alarma. En este periodo han aumentado las operaciones con banca electrónica, a través de medios digitales. Caixa Ontinyent ha intensificado la seguridad, aumentando los parámetros de identificación del cliente y con medidas frente a ciberataques. «Nos preocupa la ciberseguridad. La gente es muy vulnerable ante ofertas y aplicaciones no oficiales», dice Ortiz.
Respaldo al ayuntamiento
El vínculo de Caixa Ontinyent al territorio se ha materializado también con el crédito concertado con el Ayuntamiento de Ontinyent para que éste haga frente a la crisis del coronavirus. Vicent Ortiz explica que la propuesta del consistorio «nos pareció buena idea», pero la caja tenía que responder con un crédito al 0 % de interés para ser elegida enseguida. «En 24 horas, Caixa Ontinyent respondió a la petición, facilitando dos millones de euros», remarca Ortiz, quien indica que la propuesta se ha extendido y ya se han interesado consistorios de la Vall y la Safor.
En la presente crisis, la banca tiene una oportunidad para resarcirse de su mala reputación (por las preferentes, rescates, productos tóxicos). Caixa Ontinyent se fundó en 1884 como caja de ahorros para velar por el bienestar de la gente y, si alguna vez perdió la reputación, hace méritos para reconquistarla.
