La vuelta a la normalidad tras el fin de confinamiento -previsiblemente a partir del 9 de mayo- debe contar con la suficiente financiación autonómica y criterios geográficos que atiendan las diferencias locales. Que la situación que se vive en Madrid no arrastre a las condiciones de vida en Soria. O que la pandemia en València no afecte a cómo se vive el día a día en el Rincón de Ademuz. Estas fueron las dos aportaciones que hizo el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, en la sexta reunión con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y sus homólogos autonómicos.

Un encuentro telemático al que el jefe del Ejecutivo central acudió con un anunció inédito que no desveló en su comparecencia del sábado: el Estado inyectará 14.000 millones a las comunidades autónomas para garantizar su liquidez. Un dinero que procede de la actualización de las entregas a cuenta de la liquidación del año 2018 (5.500 millones que iban a pagarse en julio, pero que se adelantan), aportaciones de sanidad y servicios sociales o fondos del extra FLA (fondo de liquidez autonómico) que iban a pagarse en 2020.

El presidente de la Generalitat desmenuzará hoy con el conseller de Hacienda, Vicent Soler, qué cantidad corresponde a la Comunitat Valenciana. «Mañana [por hoy] daremos datos desde el rigor», aseguró Ximo Puig. Aunque el jefe del Consell reiteró que la cifra que se fija en el horizonte la administración valenciana para afrontar la pandemia en toda su extensión es de «2.200 millones». Una cantidad calculada para afrontar la factura sanitaria pero también para pagar cuanto antes a los empresarios para que tengan liquidez, ya que algunas empresas han pasado a tener cero ingresos, explican desde Presidencia.

Un esfuerzo financiero que, según opinó Puig, no debe ser puntual. «Continuaré defendiendo la suficiencia financiera de las comunidades autónomas. No es posible fortalecer el estado del bienestar sin el cambio estructural del modelo de financiación». Una reivindicación que, justificó, «puede sonar que no es el momento» pero defendió que «si hay acuerdos de estado ha de configurarse la suficiencia financiera de las comunidades autónomas desde la igualdad entre personas y la singularidad de los territorios».

En los próximos meses se precisarán muchos recursos por lo que, defendió, «debe aplicarse un nuevo marco fiscal ya que el déficit público va a cambiar y nos tendremos que endeudar más». Por ello criticó que «no tiene lógica quitar impuestos y, por otra parte, exigir más recursos» y ayudas al Estado.

«Liquidez para no morir»

La crisis, alertó el jefe del Consell, «no debe caer sobre la ciudadanía y los que tienen más problemas» por lo que abogó por una «progresividad fiscal» y una alianza «público-privada» para que los gastos que habrá que hacer en los próximos meses «no sean irreversibles en los próximos años». «La financiación europea también debe llegar a todas las empresas, que necesitan liquidez para no morir».

Mientras se resuelve el cuánto, también habrá que dilucidar el cómo se sale de la actual situación. Y el jefe del Consell asegura tener clara la metodología. «La desescalada debe tener criterios geográficos. El centralismo no es inteligente», abogó durante su comparecencia ante los periodistas, telemática como todas las realizadas desde el 15 de marzo.

El previsible desconfinamiento que se adoptará a partir del 9 de mayo debe atender, según el jefe del Consell, a razones «geográficas, sectoriales y demográficas» para que las medidas que se decidan tengan en cuenta el mapa de la pandemia de cada territorio tanto a nivel nacional como en la propia comunidad autónoma.

Y en esta tesitura «confrontar la actividad económica con la seguridad sanitaria no es el camino sino un inmenso error» por lo que el presidente de la Generalitat aboga por «dotar de la máxima seguridad sanitaria al sector económico». No dijo cómo, aunque Puig sí se puso la venda antes de la herida por las medidas que se adoptarán en las próximas semanas.

«No podremos tener todas las certezas, pero las decisiones se tomarán con la máxima prudencia». Podrá haber «apertura o cierre dinámico» del confinamiento para que la nueva etapa sea «flexible, rápida y eficiente» a la hora de detectar nuevos contagios para evitar que pueda producirse cualquier «marcha atrás» o empeoramiento que ponga en peligro todo el trabajo realizado en los meses de confinamiento. Estas futuras decisiones se adoptarán, según Ximo Puig, «con perspectiva quirúrgica, muy capilarizada» para garantizar la «máxima seguridad» y poder controlar nuevos focos de contagio por la covid-19.

Una sensibilidad territorial que atiende a las diferencias que, según el jefe del Consell, no está reñida con la «unidad de acción» que ha permitido hasta ahora que el confinamiento generalizado para todo el territorio haya permitido que «lugares sin contagios sigan sin contabilizar nuevos casos. Y así deben seguir». Aunque, por ahora, el Consell no apuesta por informar de los municipios que han quedado libres de contagios o de los casos registrados por poblaciones, como reclaman geógrafos y topógrafos, como herramienta para luchar contra la pandemia. «Queremos la máxima transparencia, pero ha habido problemas de estigmatización [hacia personas contagiadas] en pequeños municipios», justificó Puig el cerrojazo informativo a la información del coronavirus territorializada que sí ofrecen Cataluña o Madrid.

Por último, preguntado por la falta de tacto del presidente Pedro Sánchez al anunciar los sábados las medidas que propondrá a los presidentes autonómicos, en lugar de consensuarlas (sobre todo de cara al desconfinamiento), Puig admitió que «vivimos en un estado federal, con muchos defectos, al que aún le faltan muchos instrumentos federales» porque hay competencias del Estado derivadas a las comunidades autónomas en «ámbitos esenciales» por lo que «cabe mejorar ámbitos de coordinación y cooperación. Y estamos avanzando: por primera vez se celebran estas reuniones semanales».

Unidad en el primer duelo oficial

El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, agradeció el «respeto» mostrado por el «conjunto de la sociedad valenciana que ha participado» en los tres minutos de silencio por las víctimas mortales del coronavirus, el primer duelo oficial que se decreta en toda España. Un respeto que también se ha visto «reflejado por la actitud de todas las fuerzas políticas» del arco parlamentario valenciano, a las que agradeció la «unidad» en este homenaje. «Las víctimas de la pandemia están muy presentes», aseguró Puig.

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