La Conselleria de Sanidad había fijado para ayer jueves 30 de abril la apertura de los mercados de venta no sedentaria de productos de primera necesidad durante el estado de alarma. Pero bien porque las condiciones en las que tenían que montarse los puestos no habían quedado del todo claras, o bien porque no se ha permitido aún una salida escalonada pero generalizada de los ciudadanos, lo cierto es que muy pocos mercadillos volvieron ayer a las calles de la Comunitat Valenciana.
Lo hizo, por ejemplo, el de Estivella en el Camp de Morvedre o el de Guadassuar, el primero de la Ribera, con media docena de puestos de alimentación y las nuevas condiciones de seguridad impuestas por Sanidad para autorizar a los comerciantes a retomar la actividad tras el largo parón. El ayuntamiento había distribuido a los comerciantes marcando las distancias exigidas, tanto frontales como laterales, dentro de un recinto cerrado con vallas que tenía un único acceso y una salida para evitar que los clientes se pudieran cruzar. «A la entrada, un conserje del ayuntamiento ofrecía hidroalcohol a los usuarios y recordaba la necesidad de mantener las distancias de seguridad, mientras que un policía local controlaba la salida», explicó Roberto Argente, un comerciante de València que montó su puesto de dulces y aplaudió la buena organización. «Ha sido espectacular, muy bien, y nos gustaría que este sistema se aplicara en otros pueblos», indicó, al tiempo que señalaba que volver a trabajar «ha sido como un chute de ánimo».
Pero la mayoría de los municipios están ultimando los detalles para que sus mercados exteriores reabran en los próximos días. En la ciudad de València, por ejemplo, tan sólo funcionaba como mercadillo de alimentos no sedentarios la Tira de Comptar, que se ha desarrollado sin problemas en las semanas anteriores al estar integrada, por cuestión de normativa, en el interior de los mercados de Mosen Sorell y el Cabanyal. En este último está ubicada en la pescadería hasta que se levanten las restricciones.
En l'Horta, los cambios en movilidad que ha introducido la pandemia, entre ellos el distanciamiento físico, han hecho que los consistorios con puntos de venta ambulante de alimentación tengan que delimitar espacios, reordenar la superficie donde antes se realizaban o, como en Torrent, establecer un itinerario de acceso que implicará que la clientela pase por un punto y se ponga gel desinfectante. El primero será en Sant Gregori el sábado, 2 de mayo, y el de las Torre volverá el viernes, 8. En la Safor distintos ayuntamientos ya están preparándose para, a partir de la próxima semana, recuperar los mercados ambulantes. Uno de los primeros será Xeraco, que desde hace días está acondicionando el espacio para poder ampliar la distancia entre paradas y así poder exigir todas las medidas de seguridad. Y en Oliva, también para el viernes de la próxima semana se espera abrir el gran mercado de la fruta y la verdura, famoso en toda la comarca y muy concurrido. Para ello el ayuntamiento ha garantizado que se extremarán todas las medidas de seguridad e higiene.
Y en Xàtiva, el mercado ambulante al aire libre de los martes y los viernes en la Plaza del Mercat debía volver a la actividad este viernes, pero no lo hará al ser festivo. Para el martes sí que habrá paradas de nuevo, pero según uno de los vendedores «creo que seremos menos de la mitad». Los primeros días del estado de alarma, el mercado mantuvo una pequeña actividad con media docena de paradas y sin casi movimiento de compradores.
