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"La renta mínima debería existir desde hace más de veinte años"

"La ayuda cristiana debe ser un complemento pero no el sustento de las familias", defiende Enrique Masiá

Cáritas ayuda a miles de familias en todo el país que carecen de los recursos más básicos, esos a los que la mayoría de la población ni siquiera prestaría atención porque los da por cubiertos. No obstante, el colectivo religioso es consciente de que no puede ser el principal sustento de las personas más necesitadas y que su labor es la de asistir a estos colectivos vulnerables como un complemento.

«Los servicios sociales están desbordados. Durante estos días se habla mucho de establecer una renta mínima y eso es algo que se tendría que haber resuelto hace más de veinte años», defiende el párroco Enrique Masiá. Para el sacerdote, uno de los problemas de la sociedad es la falta de solidaridad con aquellos que menos tienen, algo por otra parte lógico si se tiene en cuenta el modelo económico actual. «Estamos muy mal educados, por norma general. No tenemos desarrollado el sentido de compartir con los más necesitados. A veces creo que la gente no es consciente de que existen muchas familias que no tienen ingresos y eso es algo inaceptable. Es cierto que existen ayudas y subsidios, pero en muchas ocasiones no es suficiente. Nosotros estamos ahí, por supuesto, pero la labor de Cáritas debe ser un complemento y no una parte esencial para la subsistencia de estas personas», asegura Masiá.

Aunque estas ayudas en muchos casos permiten cubrir las necesidades básicas, las personas que las perciben no dejan de acudir a los locales de Cáritas: «Habitualmente, realizamos muchas donaciones de ropa y comida. Las familias pueden comprarla con las estas prestaciones, pero estamos ahí para mejorar sus situación». A más recursos, se reducen las brechas sociales, así de simple.

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