«En estos momentos no hay ninguna prueba que evidencie que el mosquito tigre, ni ningún otro de los que tenemos en nuestras latitudes sea capaz de transmitir este virus». Así de taxativo se muestra Ricardo Jiménez a la pregunta de si este insecto, especie invasora diurna originaria del sudeste de Asia, podría ser un vector de transmisión de la covid-19. Jiménez, catedrático de control de plagas del Institut Cavanilles de Biodiversitat i Biologia Evolutiva de la Universitat de València, recuerda que los virus que transmiten los aedinos, al que pertenece entre otros la Aedes albopictus (mosquito tigre), «son arbovirus y no tienen nada que ver con este que está provocando la actual pandemia».
« A priori es mucho aventurar que vaya a transmitirlo», remarca cuando se le traslada la cuestión a uno de los especialistas en la materia más refutados de la Comunitat Valenciana. El temor a los efectos de plagas como la del mosquito tigre para los neófitos en la materia es comprensible, pues en zonas endémicas es capaz de transmitir enfermedades como el dengue en América Central, del Sur y zona del Pacífico, la fiebre amarilla o el chiqunguña. En el verano de 2007 se produjo un brote epidémico de artritis epidémica chikunguña en Rávena producida por el virus CHIKV y que fue diseminada por la picadura del mosquito tigre; hasta ese momento, esta enfermedad solo había afectado a países tropicales, lo que disparó las alarmas ante la globalización de este tipo de infecciones. «No es el caso», insisten los estudiosos en la materia.
La Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental (Anecpla) ya tranquilizaba al respecto hace unas semanas. «Ni se transmite a través de la picadura de los mosquitos, ni los animales domésticos pueden propagar el nuevo coronavirus», apuntaban, en la línea de lo señalado por otros expertos y por Jiménez. La Organización Mundial de la Salud (OMS) también se pronunció, recordando que se trata de un virus de carácter respiratorio que se propaga principalmente por contacto con una persona infectada a través de las gotículas respiratorias que se generan cuando una persona tose o estornuda, por ejemplo, con secreciones de la nariz o de saliva. «Hasta hoy no hay información ni pruebas que indican que pueda transmitirse por medio de mosquitos», se incide desde la OMS.
En cualquier caso, Jiménez sí alerta sobre la llegada de plagas de estos molestos insectos como ya está ocurriendo en distintos puntos del territorio valenciano. «Aunque no soy adivino, la lógica conduce a que en el caso de mosquitos pudiéramos tener problemas si continúan las lluvias, porque es lo que los mosquitos necesitan para desarrollarse», explica. «En cualquier caso son las condiciones climáticas las que influyen en sus ciclos y de ello dependerá lo que ocurra», incide tras un inicio de primavera especialmente húmedo.
Vigilancia extrema
«Estas últimas semanas hemos tenido problemas en los marjales porque a la gran cantidad de agua embalsada se ha unido un incremento notable de las temperaturas, especialmente las mínimas, y esta semana las temperaturas van a ver incrementados tanto las máximas como las mínimas», comenta.
«Esto se va a ir agudizando esta semana y por lo tanto los municipios deben establecer una mayor vigilancia para que las empresas que tienen contratadas, en cumplimiento de los pliegos de condiciones de los contratos, vigilen y actúen si es necesario. Hay que tener en cuenta que el mosquito tigre comienza a completar ya sus primeros ciclos en nuestras latitudes por lo que la vigilancia a partir de ahora debe de ser extrema», reitera Jiménez.
