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Un verano sin verbenas

Las cancelaciones ya afectan al 50 por ciento de los espectáculos musicales con orquestas contratados con empresas de la Ribera

Un verano sin verbenas

La orquesta La Fiesta, emblema de la empresa de espectáculos homónima con sede en Villanueva de Castellón, actuó por última vez el 8 de marzo en Xàtiva, en una jornada de «germanor» de las fallas, aunque no sabe cuándo volverá a subirse a un escenario. La suecana Karla Fos, cantante de la orquesta Eufòria, lo hizo en la falla Cudol de València antes de decretarse el estado de alarma y también La Bèstia, cartel principal de la empresa ribereña La Bèstia Espectacles, vio frenada por el coronavirus la primera fase de su temporada alta, las Fallas, cuando apenas había comenzado. El goteo de cancelaciones de fiestas patronales por parte de ayuntamientos y comisiones organizadoras amenaza con convertir los meses de mayor actividad en un verano de «confinamiento musical».

«En nuestro caso teníamos 70 fechas cerradas para la orquesta La Fiesta, que es el buque insignia de la empresa, y aunque de momento sólo se ha confirmado la suspensión de un 50 %, creemos que todos acabarán haciendo lo mismo», comenta Pedro Constant, uno de los socios de Espectáculos La Fiesta, que da por perdida la temporada. «Nos han dejado sin trabajo cuando el trabajo estaba ya hecho y lo teníamos firmado. Creo que se han precipitado porque esto no caduca, muchos podrían haber esperado a mediados o finales de junio, cuando se sabrá algo más cierto sobre si dejan hacer espectáculos y en qué condiciones ya que estamos en un proceso de desescalada. Si las fiestas son en agosto y nos dejan, podemos salir, si no, siempre están a tiempo para suspenderlas», incide Constant, mientras detalla que La Fiesta suele acabar el año con unas 80 actuaciones.

El representante de la empresa ribereña considera que las medidas planteadas para la desescalada no van a revertir la actual coyuntura en el sector. «Si la cosa fuera bien igual se podría hacer algún espectáculo de silla, pero en el caso de las orquestas no nos ayuda», comenta. La empresa, además de la orquesta principal, trabaja con otras cinco, que en circunstancias normales ofrecerían una media de 50 actuaciones al año. Las cancelaciones afectan a todas. «Vamos a aguantar el tirón, pero nos deja en una situación muy mala porque, al ser fuerza mayor, no se puede reclamar nada. Toda la facturación de nuestra empresa, cerca de un millón de euros, va a caer, porque ni hemos hecho las Fallas, ni la campaña de colegios de alquiler de sillas y mesas y lo que viene en verano... cuando suele ser un balón de oxígeno para estas empresas porque en invierno hay meses que no cubres gastos».

El gerente de La Bèstia Espectacles, Víctor Tomàs, por su parte, no da por perdida la temporada, aunque admite que el verano se presenta muy negro para las orquestas. En su caso, detalla que se han cancelado la mitad de la actuaciones previstas -La Bèstia suele realizar una media anual de 45 espectáculos y este año sólo ha podido ofrecer siete bolos- aunque admite que «son pinceladas» que se van repitiendo todas las semanas. «No he tenido tantas cancelaciones para dar por perdida la temporada, no sé qué va a pasar, pero si nos dicen que sí, en dos días actuamos. Está claro que verbenas será lo mínimo, pero en las fases de la desescalada igual podemos montar parques infantiles, teatros pequeños,... que nos permitan generar algunos ingresos». Tomàs señala otro problema, en el caso de que el Gobierno llegara a levantar las restricciones de cara a los meses de agosto, septiembre o incluso octubre: que el cliente quiera mantener los festejos. «Muchas comisiones de fiestas no han podido generar dinero con el confinamiento y los ayuntamientos están priorizando destinar el dinero de fiestas a otros fines, todo juega en contra», asume.

Karla Fos, por su parte, ve con incertidumbre una campaña en la que en circunstancias normales hubiera hecho 75 galas. «Cuando dijeron lo de las fases nos hicimos ilusiones, porque si hiciéramos agosto, septiembre y octubre, pero claro, con la letra pequeña... no estamos ni en las fases, no nos han contemplado». La cantante de la orquesta Eufòria alerta de la precariedad laboral ya que, si bien hay músicos que compaginan su trabajo con la orquesta, indicó, «yo vivo de esto». Si no trabaja, no cotiza.

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