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En el mar también se marcarán distancias

"Hay que evitar saturar las pequeñas calas de la Marina Alta, como ha ocurrido durante los últimos veranos" alertan los empresarios de turismo acuático activo - Este año perderán a sus principales clientes, los extranjeros

En el mar también se marcarán distancias

El nuevo turismo, el de buscar experiencias de más vértigo que la de sol y playa, también se tiene que reinventar en estos nuevos tiempos del coronavirus. Todas las empresas de turismo activo de la Marina Alta, un paraíso del kayak, el snorkel, el paddle surf o el coasteering (nadar, hacer snorkel, trepar por los acantilado y saltar al mar), están realizando planes de contingencia para prevenir contagios. Los empresarios con los que ha hablado este diario coinciden en que se les viene encima un verano difícil. «Nuestros clientes mayoritarios son del norte de Europa, y este verano no van a venir», advierte uno de los empresarios del sector.

A priori, estas actividades podrían adaptarse mejor a los nuevos tiempos. El turismo activo se suele realizar en grupos pequeños. «En mi caso, es muy excepcional que haga excursiones en kayak o coasteering con más de diez personas. Este verano lo ideal sería que cada actividad la realizara una sola familia», indica un empresario.

Ahora, al hacer la reserva, los turistas deben rellenar un formulario aceptando las medidas de protección y otro dejando claro si han pasado o no la enfermedad.

«Lo que hay que evitar a toda costa son las grandes excursiones en kayak o en tabla. Es importante que las empresas nos organicemos muy bien este verano y no saturemos las pequeñas calas», precisa el mismo empresario.

Un segmento de moda

En estos pasados veranos, este segmento se ha puesto muy de moda. Xàbia es uno de los puntos en los que más ha crecido el turismo activo en el mar. Su escarpado litoral esconde preciosas y hasta hace unos años recoletas calas. Pero ya se han producido problemas de masificación incluso en calitas como la de En Caló, a la que sólo se puede acceder por mar. Controlar todos esos recodos litorales va a ser este verano complicado. De ahí que los empresarios consultados apelen a concienciarse y autorregular sus actividades para no coincidir varios grupos de excursionistas en la citada cala o en otros puntos que también atraen a estos turistas, como la cala de Ambolo o las cuevas litorales del Llop Marí y els Òrguens. Mientras, la Cova Tallada, que está en el término de Xàbia, pero en el linde de Dénia, ya tiene una regulación específica. El parque natural del Montgó (esta gruta forma parte de este espacio protegido) acuerda cupos con las empresas de turismo activo.

«Lo que en mi caso no cambia mucho es lo de la desinfección. Siempre he limpiado y desinfectado a fondo los neoprenos, las gafas de snorkel, los cascos y todo el material. Ahora, tras la actividad, guardaré en cajas diferentes los equipos utilizados por distintas parejas o familiares», explica otro titular de una firma de turismo activo.

Todos admiten que, dado que el turismo se va a resentir a la fuerza este verano, ellos también van a intentar capear el temporal como puedan. «Nuestra actividad empieza en Fallas y se prolonga hasta el 15 de octubre. Este año ya llevábamos un buen tramo perdido», indica este último empresario.

Una costa bella y abrupta

Lo indudable es que, en condiciones normales, esta primavera y verano podrían haber sido espectaculares para descubrir la bella naturaleza de los acantilados. Tras el confinamiento y el parón total de la náutica, el mar y estos ecosistemas están mejor que nunca.

Este sector, eso sí, pide a los visitantes responsabilidad y que, si quieren descubrir los acantilados y la costa más abrupta, contraten excursiones y guías. Es la forma más segura de adentrarse en esta costa y de conocer su historia y admirar y no dañar ecosistemas protegidos e incluso fósiles marinos.

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