Amancio Peñuelas es el Fernando Simón de la Safor. El epidemiólogo lleva más de 30 años vinculado al centro de Salud Pública de Gandia. Está al frente de un equipo de 47 personas, entre médicos, enfermeros, farmacéuticos, veterinarios y administrativos. Atiende a Levante-EMV en la sede del organismo, el antiguo Centro de Higiene, un edificio racionalista de fines de los años 30.
P ¿Cuáles son los factores por los que, a día de hoy, el Departamento de Salud de Gandia es el de menor incidencia de la covid-19 de toda la C. Valenciana?
R Hay varios, pero sobre todo el esfuerzo organizado y conjunto de toda la población para prevenir la enfermedad. En Atención Primaria se atendieron bien a los casos sospechosos y positivos, trazando sus contactos y confinándolos a todos, derivando los graves al hospital. Además, tenemos la tasa más baja de personal sanitario contagiado, por debajo de la media española. Pudimos detectar a 10 casos y 22 personas desarrollaron anticuerpos, esto representa un 1,5% de la plantilla total de sanitarios, por debajo del 2% de media que salió en la encuesta nacional de seroprevalencia. Aquí ha influido la logística por parte de las direcciones de Enfermería del hospital y de Atención Primaria. Se ha hecho una buena gestión del material sanitario de protección que había disponible en ese momento. Además, como en el resto de centros de salud valencianos, se creó un circuito paralelo para no mezclar a los pacientes covid con el resto. Otro punto fuerte han sido las residencias de mayores. A los residentes les hacemos un seguimiento médico dos veces al día, por la mañana y por la tarde, incluido el control de la temperatura, con el apoyo de un internista desde el hospital y un equipo de campo, médico y enfermera, que las visitan. En los tiempos en los que no teníamos tantos test, si hacía falta se pedían PCR para trabajadores y residentes. El resultado es que no hemos tenido muchas residencias afectadas: sólo cuatro centros, y de ellos tres sólo tuvieron un caso, que no contagió a más, aunque en una hubo fallecimientos. El mérito es también de todo su personal. Por último, otro factor ha sido el hecho de recibir y ofrecer información de este virus y del resto de enfermedades transmisibles a través de nuestro sistema informático, conectado en tiempo real con los centros de salud.
P ¿Sabían lo que podría pasar?
R Desde febrero ya estábamos vigilantes por si surgían casos. Hubo dos momentos delicados. Uno fue cuando se decreta el estado de alarma, a mediados de marzo, y se produce una gran afluencia de gente a los supermercados para hacer acopio de alimentos. Otro fue el riesgo de llegada a las playas de residentes de otras provincias, y en este sentido pedimos a los ayuntamientos de estas zonas que avisaran a la población de que todos debían quedarse en casa. Pero en general la epidemia se ha controlado bien.
P Imagino que esta es la peor situación que ha tenido que gestionar en el Área de Salud€
R Desde luego. En 32 años que llevo aquí no había vivido nada igual. Podría recordar los primeros años del sida, pero no es comparable porque el VIH tenía una vía de transmisión controlable, y aunque sigue siendo un problema muy serio, no tiene la horizontalidad y la facilidad de contagio que el SARS-Cov-2. Con la gripe A se esperaba algo peor, pero finalmente no fue así.
P ¿Hay conductas que haya observado en Gandia en esta desescalada y no le gusten?
R Pues por ejemplo mesas de las terrazas muy próximas, y gente hablando en ellas sin respetar la distancia social y sin mascarilla. Eso es un error. Esta epidemia se vence con el trabajo de la gente. Lo que pase de aquí en adelante va a depender de la población. Si queremos tener libertad debemos ser responsables y usarla bien. Hemos visto que los confinamientos a lo bestia funcionan. Pienso que la vacuna llegará, pero los servicios de salud tenemos la obligación de ponernos siempre en el peor escenario.
P ¿Habría sido partidario de que la Comunitat Valenciana hubiera pasado a la fase 2?
R Bueno, esa pregunta la debería contestar la consellera. Yo creo que por esperar unos días más no pasa absolutamente nada, si no queremos retroceder.
P ¿Teme un repunte en Gandia este verano, cuando lleguen turistas de otras provincias?
R Es posible. Quizá no un repunte, pero sí esperar que vengan casos. Pero no dependerá tanto de esa movilidad, sino, insisto, del comportamiento de cada uno de nosotros. Si todos hacemos las cosas bien, detectaremos casos puntuales y los podríamos controlar. Si viene de vacaciones una familia que no lo hace bien, pues subirán de forma exponencial. La prevención es sencilla con pautas que todos sabemos ya: lavado frecuente de manos, uso de mascarilla, e higiene de espacios públicos y privados. Llevar guantes por la calle de manera continua no sirve, hay un riesgo enorme de que estén contaminados. Y me parece adecuado que el Gobierno haya regulado el uso obligatorio de las mascarillas.
P ¿Cómo debe trabajar el sistema de salud ahora, que ya ha pasado el pico de la epidemia?
R Ahora estamos facilitando toda la potencia de laboratorio a Atención Primaria, porque son los médicos de familia los que van a tener mayor protagonismo. Por eso ante cualquier síntoma, aunque sea banal, deben solicitar PCR para el paciente, y nosotros nos encargaremos de estudiar los contactos, tanto los negativos como los positivos. Es la forma más eficiente de trabajar.
P ¿Y los test rápidos que hacen muchas empresas a sus trabajadores, son recomendables?
R Este tipo de cribados no tiene mucho sentido. Al día siguiente nos encontraríamos con la misma duda. Cuando una persona da positivo en un test rápido, probablemente ya ha pasado la enfermedad o ni siquiera es transmisor. Estaría justificado si se diera un positivo entre la plantilla y no hubiera posibilidad de hacer PCR. Los PCR los pedimos para buscar a la persona o personas que contagió a un positivo. A los contactos negativos también se les confina en su domicilio y se les hace un seguimiento durante 14 días.
