El anuncio del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que el pasado sábado señaló que España está preparada para ofrecer destinos turísticos seguros, ha disparado las búsquedas de hoteles para vacaciones un 160% respecto a la semana anterior. Y, entre los principales destinos que los españoles están rastreando, tres ciudades de la Comunitat Valenciana, Gandia, Benidorm y Peñíscola, se encuentran entre las poblaciones más buscadas, según datos facilitados por Destinia.
Esta agencia de viajes online señala que las búsquedas se han disparado para los meses de julio y agosto cuando, si no hay ningún contratiempo, «la desescalada estará completada», según dijo Sánchez. En esa lista Benidorm se sitúa a la cabeza, y le siguen Salou, Peñíscola, Lloret de Mar, Torremolinos, Cambrils, Benalmádena y Gandia.
Las ansias de poder pasar unos días en la costa hicieron que el pasado sábado, apenas unos minutos después de la comparecencia del presidente Sánchez ante los medios de comunicación, se disparara la búsqueda de hoteles, establecimientos que ya pueden abrir sus puertas en la Comunitat Valenciana y que han experimentado un repunte en el número de reservas.
El optimismo, sin embargo, tiene aspectos no tan positivos para el sector porque para este verano, al menos desde ahora hasta el mes de agosto, los precios son sensiblemente inferiores a los del año anterior. Así, y solo respecto a ciudades referencia de la Comunitat Valenciana, en Gandia y Benidorm se pueden contratar vacaciones en un hotel con una reducción del 26%, la mayor caída de todas las registradas entre ciudades de alta demanda turística en España, siempre según los datos facilitados por la agencia Destinia.
En Gandia, no solo los hoteles ya se están preparando para recuperar la actividad. El anuncio de Pedro Sánchez también ha impulsado al ayuntamiento, dispuesto a poner el cartel de «abierto» en la playa el lunes próximo si, como es previsible, el Gobierno español aprueba el pase de la Comunitat Valenciana a la fase 2.
Todo será muy atípico, pero el concejal de Turismo, Vicent Mascarell, adelanta que, en principio, Gandia no dividirá su playa en parcelas porque la franja de arena es enorme y, en consecuencia, esa amplitud permite acoger a miles de personas guardando la distancia de seguridad, un factor en el que se pondrá especial énfasis. De momento no habrá duchas ni lavapiés, pero sí abrirán los chiringuitos, que disponen de servicios públicos. Además, el consistorio obligará a dejar un «paseo» de al menos diez metros de anchura en la misma ribera del mar, de manera que todos dispongan del espacio suficiente para esa placentera actividad de las largas caminatas notando en los pies el agua de las moribundas olas.
Las pasarelas sobre la arena tendrán dos direcciones para evitar que quienes entren y salgan se crucen a poca distancia, y la idea es que, ya desde el lunes, se active un primer dispositivo de vigilancia y socorrismo que, en esta ciudad, realiza la Cruz Roja.
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